Gitanos

El incalificable comportamiento del gobierno francés hacia los gitanos de Europa del Este afincados en su suelo podría tener un envés positivo si el denigrante episodio protagonizado por Sarkozy sirviera para emprender una potente política de integración de esta minoría étnica que está dispersa por Europa. Lo miembros autóctonos del colectivo gitano se han instalado dignamente en Europa occidental; en España, van logrando enraizar y desarrollarse, y hace tiempo que no son un problema ni, por lo tanto, generan polémica. En Europa del Este, en los países donde la democracia es reciente, esta minoría se encuentra en situación difícil, agravada por la crisis. En lugar de expulsar a los gitanos, Francia, la proverbial tierra de asilo, debería ponerse a la cabeza de esas políticas.