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Publicado por
Emilio Marmaneu Moliner. Presidente de Ceafa
León

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El pasado 21 de septiembre celebramos el Día Mundial del Alzhéimer, enfermedad neurodegenerativa que afecta en España a más de 3,5 millones de personas, entre quienes la sufren directamente y sus familiares cuidadores.

Como tantas otras enfermedades, el alzhéimer tiene su propio día mundial para acercar a la sociedad esta enfermedad, de cuya existencia se tiene constancia desde hace más de cien años, pero para la que todavía no se ha encontrado solución. Igualmente, durante estos días las instituciones parecen mostrarse más solidarias con las personas afectadas, representadas por las asociaciones de familiares de enfermos de alzhéimer, casi 300 integradas en Ceafa, Confederación Española de Asociaciones de Personas con Alzheimer y otras Demencias. Esta enfermedad es un problema que, día a día, se va instalando en el seno de miles de familias, minando los corazones de sus miembros. El alzhéimer es un problema perenne, una verdadera prioridad socio-sanitaria que debe ser objeto de atención específica por parte de las Administraciones. La Ley de la Dependencia, está suponiendo un importante revulsivo en la política del bienestar social, pero no cubre la totalidad de las necesidades de las familias afectadas. Su incipiente entrada en la escena socio-política y su desigual aplicación territorial impiden a la norma dar la cobertura integral que las personas con alzhéimer y sus familiares necesitan.

Si otros países de nuestro entorno más próximo, como Francia, Reino Unido, Holanda, Noruega… han dado el paso hacia la puesta en marcha de planes nacionales de alzhéimer, ¿por qué en España todavía no disponemos de una herramienta similar? Seguro que no es por falta de voluntad política, pues nos consta el apoyo de la Comisión de Sanidad del Senado y el interés del Ministerio de Sanidad y Política Social al respecto. Espero sinceramente que en este empeño no entren en juego otro tipo de intereses -partidistas, economicistas u otros- que lapiden cualquier proceso de avance hacia la aprobación de una política de Estado de alzhéimer.

Desde Ceafa, apostamos por una política valiente para luchar contra la enfermedad, que no esté condicionada por plazos, ni por condicionantes presupuestarios que mediatizarían su viabilidad, aplicación y efectividad; en definitiva, una política de Estado de alzhéimer que aúne nuestras voces y esfuerzos, porque «juntos podemos».

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