Aeropuerto de León (segunda parte)
Historias del reino margarita torres
Dos gratas noticias en una semana. Primero ZP nos coloca en la liga de los Galácticos de los aeropuertos, a falta de encontrar quien nos contrate, ahora desde la Junta nos conceden 1.600.000 euros para la pr omoción del mismo. Pero queda la segunda parte: el asunto de los vuelos, que ya avanzábamos hace ocho días, aunque nos restó trecho para entrar en harina. Llega pues la hora de embadurnarnos un poco.
León, clave en las comunicaciones del noroeste de la Península Ibérica, no puede ahogarse en el barro de la culpabilidad política, matar la vaca antes de comprarla, como ya se empieza a vislumbrar por parte de algunos. Factores a favor de sus posibilidades hay, y muchos. Primero porque puede, a la manera de Vitoria, convertirse en centro logístico del tráfico de mercancías. Tomemos su ejemplo. En pasajeros, ni llega a la mitad de los nuestros (casi cuarenta mil frente a rondar los cien mil en 2009), pero en mercancías se ha convertido en referente nacional de las comunicaciones con Europa central y Mediterráneo de aquellos vuelos que arriban desde América o el Magreb. León bien podría, a su vez, gestionar en un eje vertical el enlace África-Europa del Norte, incluso compartir destino atlántico. Entre ambos, Vitoria y León, completarían el abanico de distribución del norte de España en cuanto a tráfico de mercancías.
Y en lo tocante a los pasajeros, un simple vistazo a los aeropuertos de la Comunidad Autónoma permite asegurar que, a pesar de las puntuales ofertas a Paris desde León, Salamanca o Burgos, el vórtice internacional es Villanubla. Destinos turísticos aparte, y enlaces a Barcelona, desde Túnez a Oslo cubre una amplia oferta, para qué cuestionarlo, pero que puede complementarse con las siguientes posibilidades que convertirían Castilla y León en una comunidad perfectamente enlazada y puntera en España, sin que nadie venga a echarnos los perros a los leoneses por quitar o pretender. Si Easyjet, por ejemplo, aceptase instalarse en León en semejantes condiciones a las que se ofertan a Ryanair en Valladolid, no pedimos más, Londres-Gatwick y Berlin, aumentarían nuestras posibilidades. Si presionásemos a Ryanair para que también optase por León, ya que el dinero que recibe no sólo llega de las arcas pucelanas, Fez o Marrakesh, amén de Roma-Ciampino, ninguno de ellos en Villanubla, ofertas españolas de la compañía en otros aeropuertos de la península, rematarían una malla de comunicaciones perfecta.
Que no nos vengan los alarmistas o los palmeros con quejas del estilo y quién desde León viaja a Roma, pues la misma cantata podría entonarse a propósito de quién desde Valladolid viaja a Bergen. Si se trata de núcleos de comunicación comunitarios, tanto cuesta a uno de Burgos, Palencia o Zamora viajar a Valladolid como venirse a León, y equidistantes son ambas últimas para subir o bajar pasajeros. Porque si un aeródromo fagocita a cuatro, malas inversiones hemos hecho todos en los tres restantes. Pero si el negocio se reparte, la Autonomía gana lo mismo y las provincias periféricas recuperan posiciones. Apostemos entre ambos gobiernos, nacional y autonómi co, por ello.