Comarca y oportunidades para El Bierzo
Tribuna | Francisco Ramos
Procurador socialista. Ponente en el debate del Proyecto de Ley de modificación de la Ley de la Comarca del Bierzo
A través de la Junta el PP ha venido ahogando a la Comarca de El Bierzo desde su creación el 1991. En su origen no hubo un compromiso con El Bierzo. Se trataba, en nuestra opinión, de administrar tensiones territoriales periféricas y de aliviar el impulso identitario, más que de construir de nueva planta una administración llamada a ser en su territorio la referencia del servicio público, y en el resto de la Comunidad un espejo en el encontrar la solución para el mapa local más disperso y desequilibrado de España.
Pero año tras año se han venido frustrando las aspiraciones de un autogobierno comarcal con espacio político propio, con capacidad para proyectar un futuro de éxito para su territorio, con recursos para gestionar los servicios públicos que puede administrar con más eficiencia que nadie y con autoridad para coordinar en la comarca la intervención del resto de poderes públicos. La verdad es que el Consejo Comarcal y sus consejeros y consejeras han hecho milagros luchando contra corriente. Han tenido que soportar una y otra vez el intento de desacreditarles de quienes desde Valladolid hacían imposible su gestión. Hoy la deuda firmada y no pagada por la Junta la ciframos en 1,3 millones de euros. Pero la deuda histórica es incalculable. Hay que valorarla en competencias escatimadas y negadas, en proyectos de ley sectoriales que han ignorado a la única comarca de la Comunidad y en los recursos que hubieran debido venir a la Comarca de la Junta y la Diputación no para incrementar el gasto público, sino para reducirlo con una intervención mas eficiente, conocedora de primera mano de las necesidades y atinada en una definición participada de los objetivos de gestión.
La reforma del Estatuto de 2007, con el reconocimiento histórico de la Comarca de El Bierzo, de sus elementos identitarios y de su trayectoria institucional abría una puerta esperanzadora para la Comarca, que podía ser de nuevo la referencia para un modelo de comarcalización que incorpora no sólo lo local, sino la propia administración autonómica.
Pero nos hemos encontrado con que al PP y a la Junta lo único que les importa es conseguir con el rodillo parlamentario lo que no logran en las urnas en El Bierzo. No dudan para ello en crear divisiones administrativas que acabarán dividiendo a la ciudadanía, ni en expulsar de los órganos de gobierno de la Comarca a la mayoría de los Ayuntamientos del Bierzo. En eso consiste el proyecto de Ley para modificar la Ley de la Comarca, que estamos debatiendo en las Cortes.
Pretenden convertir la Comarca en una Diputación en cuanto al modelo electoral y de gobierno, sin embargo en materia de competencias y financiación la quieren dejar en entidad local menor, en todos los sentidos. Lo que no sea avanzar en ampliación de competencias y consolidación de un modelo de financiación incondicionado para garantizar la autonomía, objetivo para asegurar la equidad y estable para consolidar los servicios públicos comarcales, será engañarnos a todos. Un nuevo desprecio. Otra oportunidad perdida para El Bierzo y para Castilla y León.
Los socialistas tenemos un proyecto institucional ambicioso para la comarca, que reconoce la singularidades de esta tierra y encaja en un proyecto para Castilla y León, con un desarrollo ambicioso y progresista del Estatuto de Autonomía, cuyas claves son la cohesión social y el equilibrio territorial. Un proyecto para que los jóvenes de todos los territorios de la Comunidad, también los de El Bierzo, puedan contribuir como el que más al crecimiento de Castilla y León ejerciendo su derecho a vivir y trabajar en su propia tierra: La comarca, la primera tierra.