Diario de León
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Panorama | cayetano gonzález

Uno de los efectos inmediatos que han tenido los cambios llevados a cabo por Zapatero en el Gobierno la pasada semana ha sido el de levantar el ánimo de una militancia y de unos votantes que estaban bajo mínimos, no sólo por las encuestas, sino porque eran conscientes que de seguir por ese camino iban directos y de cabeza al precipicio electoral. Ahora está por ver, y algún sondeo publicado este fin de semana puede haber supuesto un jarro de agua fría para esa militancia y para esos votantes socialistas, que los cambios en el Ejecutivo puedan «per se» invertir en pocos meses las tendencias electorales que señalaban las encuestas antes de la decisión tomada por Zapatero. No tienen mucho tiempo Rubalcaba y compañía para hacerlo: dentro de un mes, elecciones en Cataluña, donde pinta muy mal para el PSC; dentro de siete meses, elecciones municipales y autonómicas, donde tampoco las previsiones son halagüeñas para el PSOE y dentro de diecisiete meses, elecciones generales.

Pero es evidente, que el movimiento de ficha que ha hecho Zapatero ha desconcertado al PP y a sus líderes, que se encontraban demasiado cómodos, también se podría decir que sesteando, con la simple contemplación de un Gobierno que estaba políticamente muerto. Por eso, haría bien Rajoy en replantearse esa estrategia que ha seguido desde que estalló en la cara del presidente y en la de muchos españoles la crisis económica que estamos padeciendo. A lo mejor, de seguir con esa estrategia, el actual líder del PP gana las elecciones generales y llega a la Moncloa. O a lo mejor no, en expresión que tanto suele utilizar el propio Rajoy. Lo que está claro es que hay todavía partido por jugar, y diecisiete meses es mucho tiempo, durante el que puede pasar de todo. También es evidente que quien piense que porque Rubalcaba asuma un poder como nadie ha tenido anteriormente en un Gobierno desde la transición democrática; que por qué la candidata perdedora en las primarias de Madrid, Trinidad Jiménez, haya sido recompensada con la cartera de Exteriores; que por qué una persona muy próxima a la UGT se haga cargo del Ministerio de Trabajo y mucho menos que por qué Leire Pajín sea ministra de Sanidad, la crisis económica va a remontar, es que es un auténtico iluso.

Pero volviendo al PP y a Rajoy, este debería ser el momento en que quien quiere ser alternativa de Gobierno intente ilusionar mucho más a esa parte del electorado que se encuentra desencantada con Zapatero y con su Gobierno y que o bien puede quedarse en su casa el día de las elecciones o votar a alguien que le ofrezca garantías de que las cosas se van a hacer mucho mejor de lo que se han venido haciendo en estos últimos seis años. Sentarse a la puerta de tu casa y esperar a ver pasar el cadáver de tu adversario político tiene muchos riesgos. Sobre todo, si ese supuesto cadáver ha demostrado que tiene más de siete vidas.

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