EL RINCÓN
Paz y palabras
S e ha producido una ansiedad como si estuviéramos en la semana de la paz y no es así», ha dicho el lehendakari Patxi López, que ya no sabe que palabras emplear para desmentir los rumores y sospechas que a lo largo de estos días han ido formando una enorme bola de nieve. También el superministro Rubalcaba, siempre con buen gesto, reitera una y mil veces que ETA se va o se va; que aquí no hay negociación que valga y que la estrategia contra ETA es la de siempre.
Pero las sospechas ahí están. El descreimiento, la sensación que muchos tienen de que «algo se mueve sin que nos estemos enterando», persigue al Ejecutivo y no de manera gratuita. En más de una ocasión, sin mover una ceja nos han dicho blanco cuando era negro y esa memoria está ahí y mucho más en un asunto como el relativo a ETA, que tantas veces y de manera tan cruel ha engañado a todos.
Un día de estos ETA hará público un comunicado, pero no va a ser un comunicado de rendición, de cierre de tienda. Probablemente digan que sí, que inician un alto el fuego verificable, pero no de cualquier manera, porque es seguro que los terroristas van a querer algo parecido a una mesa de partidos y así volver a empezar; es decir, volver a un proceso que bajo ningún concepto debería iniciarse y no se va a iniciar. Por su parte, la izquierda abertzale habla de proceso democrático y rechazo de la violencia. ¿Qué violencia? Aquí no se trata de la violencia en genérico, sino de la violencia terrorista de ETA. La izquierda abertzale quiere hacer política, pero jamás va a renegar de la organización terrorista.
ETA debe coger a los dos grandes partidos unidos, muy unidos, sin tentación alguna de rentabilizar ni aciertos ni errores. No es que ETA vaya a decir que se va, que se retira pero si empleara términos que se presten a interpretaciones y es en este punto en donde el pacto PSOE-PP debe funcionar al unísono y además de manera visible y oficial. Lo contrario, el no hacerlo, el dejar rendijas a los que no callan ni debajo del agua, es ceder terreno. El realizar interpretaciones distintas sobre las palabras con las que van a pretender hacer ver que la paz es posible, es mostrar grietas que solo gratifican a los terroristas y si algo no merecen es gratificación alguna.