Feve llega a una estación decisiva
Cuando se recuerda que hace ahora veinte años la línea de Feve era un cadáver, una infraestructura por cuyo futuro nadie daba un duro, noticias como la que hoy figura en lugar destacado en este periódico traen también a la memoria ese milagro que supuso su «resurrección», el 26 de noviembre de 1993, después de una movilización ciudadana ejemplar.
Hablamos del proyecto para la integración del ferrocarril de vía estrecha en León que ayer llegó a una de sus estaciones decisivas: la licitación, por 18,2 millones de euros, de las obras que permitirán hacer realidad una iniciativa que tiene una extraordinaria trascendencia para León tanto desde el punto de vista de la racionalización del transporte como del desarrollo urbanístico de la ciudad. Ya no estamos, como muchas veces, hablando de futuribles sino de un proyecto sustentado en cifras muy importantes cuya tramitación ha debido sortear no pocos obstáculos siendo el primero el de la más que delicada coyuntura económica que atravesamos. En este caso, el proyecto no ha perdido su carácter de prioridad para los responsables de Feve y así ha quedado demostrado en esta útima fase previa a la ejecución de los trabajos.
También se demostró «cintura» política por parte de Feve para evitar que la paralización «sine die» del tramo del tranvía que debía enlazar la Plaza de Santo Domingo con la estación, complicara las cosas más de lo necesario. Feve cogió con decisión los mandos de este tren salvando de paso -al menos en parte- los muebles al Ayuntamiento que protagonizó, al hilo de este polémico asunto, uno de los fiascos más sonados del mandato municipal.
Las obras licitadas ayer permiten atisbar el 2011 y el 2012 con la ciudad levantada en esa franja que sube, entre Mariano Andrés y San Mamés hacia la Asunción y la Universidad. Si los plazos se cumplen, a finales del 2012 podrá disfrutarse también del ramal al Hospital, tramitado paralelamente al proyecto ayer licitado. Un enlace fundamental para la rentabilidad futura de una línea que es todavía altamente deficitaria pero que no podemos permi tirnos el lujo de volver a perder.