Diario de León

TRIBUNA

El Papa y la crisis de la Iglesia

Publicado por
ENRIQUE JAVIER DÍEZ | RED CRISTIANA DE LEÓN
León

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A un cuando el viaje del Papa se ha presentado como una visita pastoral y con carácter religioso, no puede desconocerse su carácter eminentemente político al reunir en su persona la doble función de autoridad religiosa y Jefe del Estado de la Ciudad de Vaticano. La función de autoridad religiosa la ejerce de manera antidemocrática, y la de Jefe de Estado nos parece un contrasentido, está en abierta oposición al Evangelio y es un contrasigno que, lejos de acercar, aleja de la fe en Jesús de Nazaret.

Creemos que este viaje ha tenido muy poco que ver con los viajes apostólicos de Pablo de Tarso, cuya finalidad era anunciar a Jesucristo liberador y la Buena Noticia de la liberación, crear nuevas comunidades cristianas y fortalecer en la fe a las ya existentes, con riesgo para su propia vida por las amenazas de las autoridades civiles. El Papa ahora no viaja como peregrino, un peregrino más junto con otros creyentes y no creyentes que hacen el camino de Santiago como experiencia religiosa. El viaje estaba programado como un fenómeno de masas y de aclamación a su figura en un acto de papolatría, sin contacto con las comunidades cristianas vivas y menos aún con los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Tiene mucho de folklórico y muy poco de expresión de fe genuina y auténtica.

Nos parecen escandalosos por insolidarios y antievangélicos los elevados costes del viaje a sufragar por el erario público -varios millones de euros- en plena crisis económica, con más de ocho millones de pobres, entre ellos cuatro millones de desempleados, recortes en los servicios sociales, reducción de las pensiones y de los salarios de los trabajadores. Gastos tan desmesurados demuestran la insensibilidad del propio Papa, de las instituciones públicas y de la propia Iglesia hacia los sectores populares que sufren en sus propias carnes las consecuencias de la crisis de manera más acusada, sobre todo los inmigrantes. Consideramos discutible el motivo de la visita: ganar el Jubileo por el Año Santo Compostelano y dedicar la Iglesia de la Sagrada Familia y convertirla en basílica. Se trata en ambos casos de actos de sacralización, contrarios a la máxima evangélica de que a Dios se le adora «en espíritu y en verdad».

El Papa se reunió con las autoridades políticas y religiosas en «santa alianza» para ratificar los privilegios que recibe la Iglesia católica de los poderes públicos de todo tipo: fiscales, educativos, sociales, económicos, etcétera. Cuando lo que debiera hacer es renunciar a dichos privilegios y defender la igualdad de trato de los poderes públicos para con todas las religiones. Es posible que la jerarquía eclesiástica haya ofrecido al Papa una imagen idílica de la Iglesia católica española y de la vitalidad de la fe cristiana de nuestra sociedad. Nosotros creemos que dicha imagen no responde a la realidad. La Iglesia española está sufriendo una crisis profunda de credibilidad en la mayoría de los sectores de la sociedad, especialmente entre los jóvenes y los sectores populares, y también entre los propios católicos, debido a sus posiciones neoconservadoras en cuestiones morales, al alejamiento de los pobres, a la falta de comunicación con la juventud y a la exclusión de las mujeres de las funciones directivas y ministeriales. Dos muestras de la falta de credibilidad son, entre otras, el enorme descenso de los que se declaran católicos y el incremento de las apostasías. Queremos recordar que Juan Pablo II, el Papa más viajero de la historia de la Iglesia, dejó sumida a la Iglesia en una de las crisis más graves del cristianismo.

Nos parece, por ello, que los viajes papales no contribuyen a una presentación creíble de Evangelio en nuestro tiempo. Solo cuentan con el aplauso de las personas y de los colectivos cristianos que los utilizan como plataforma para apoyarse en el papa y difundir su visión neoconservadora del cristianismo. Teniendo en cuenta sus implicaciones políticas, sociales, económicas y aun folklórica s negativas, consideramos que hay que buscar otros métodos para anunciar el mensaje liberador del cristianismo.

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