La electroagenda

H ay quien se rasga las vestiduras estos días con la actitud sobre todo de Endesa al frente del pelotón eléctrico que apunta al corazón del carbón autóctono. No debería pillarnos tan de sorpresa. Salvo que así todos, nuestros políticos en primera línea, tratemos de autojustificar nuestra desidia y esas ganas tontas de mantener la venda sobre los ojos mientras hace casi un lustro nos anunciaban ya que las ayudas públicas al carbón llevaban camino de extinguirse o que hace casi una década el todavía hoy director general de Endesa, José Bogas, nos prometiera que el futuro de Compostilla II pasaba por el relevo de los viejos grupos de carbón por los de gas.

Lo que pasa es que hay gente, políticos incluidos, que aún sigue pensando que lo de los ciclos combinados de gas son como un pincho de Adriá en el que se aliña indisoluble el consumo de gas y antracita en las calderas. Pues no. Si se quema gas para generar electricidad se quema gas. Y la eléctrica no ocultó al menos que la dieta de futuro Compostilla debería ser un mix de este combustible y del mineral comarcano. Ocurrió que a la pobrecita Endesa se le torció primero la demanda y luego también su milmillonaria caja de beneficios. Tanto, que acabó por enterrar los proyectos gasísticos prometidos para Cubillos y ahora también la antracita de Alinos.

Yo realmente no sé bien a qué piensa Endesa dedicar Compostilla II. Como ignoro qué pintan a diario sus 250 o 300 trabajadores en la térmica si lleva apagada un año. Es algo realmente misterioso para un profano. ¿Jugarán al mus? ¿Al escondite?... Y si se ha puesto al frente del pelotón de fusilamiento del carbón, qué interés, por cierto, puede tener en desarrollar comercialmente las investigaciones de combustión limpia que emprenderá la Ciuden. Si una planta industrial de 300 MW en Compostilla puede costar del orden de 500 millones y desde la Ciuden insisten en la cantinela de que su planta tiene futuro al margen del carbón nacional yo es que sospecho que la cosa aún puede oler mucho peor.

Ahora la Junta amaga con un canon. Pues tal y como se la juegan las eléctricas a mi me suena a coña. Lo que hace falta en este país es reabrir el debate energético. Tener claro, regulado y equilibrado el mix de renovables, fósiles o nucleares en un horizonte de medio plazo, y coger el extorsionador déficit tarifario por los cuernos.