Diario de León

FUEGO AMIGO

El calentón de San Martín

Publicado por
ernesto escapa
León

Creado:

Actualizado:

H emos llegado a un punto en que la atenuante de la crisis vale para todo. En cambio, no se estila el planteamiento de aprovechar la dificultad como aliciente para tratar de hacer las cosas mejor. Es más cómodo convertir la coyuntura en sumidero al que verter lo que contradiga o no encaje con las previsiones. Por eso, la crisis sirve tanto para explicar indigencias como para avalar excesos: la subida del calimocho o de las anfetaminas, el declive del ladrillo y de la cocaína, de la manía de cambiar de coche o de la costumbre de casarse. Mientras quedó en subterfugio, la excusa tenía un pasar. Pero esta semana, con el festejo de San Martín, que antes abría la puerta a la matanza del cerdo, nos sobresaltó un calentón de los políticos, enviscados por el leonesista Joaquín Otero a sacarles los cuartos a las eléctricas. No era su primer intento, pero esta vez logró que picaran todos, sin atender razones de oportunidad y sin mirar si el arbitrio iba a resultar viable. Como los industriales del vatio andan poniendo la zancadilla procesal al negro futuro del carbón, tasa al canto. Luego no ha sido tal que así y en su parla del jueves el consejero portavoz pronosticó un baño de frío para aquel arranque impositivo de los grupos parlamentarios.

Los sorianos no tuvieron paciencia para esperar a San Martín y tomaron la calle el día de mi santo con la queja de que no les vale la centralidad como consuelo del desdén institucional. Quedan pocos y aunque están bien situados, en el cogollo ibérico de la península, su disyuntiva consiste en ponerse numantinos o dejar de existir. Por eso y por tantos olvidos sacan a la calle su protesta. En cambio, los de Banca Cívica, donde entró Caja Burgos, trasladan su capital a Sevilla y requieren un flotador de 1.200 millones al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria para salvar la crisis. Ignoro a qué boya argumental se acogerán ahora José María Arribas y sus consejeros sindicales y políticos, que rechazaron la alianza regional de Cajas porque necesitaba respiración asistida y tenía su sede en León. Aunque el empeño de la fusión doméstica con el Fondo de Reestructuración fuera por la mitad. La Banca Cívica anterior al desembarco andaluz anunció que arreglaba su necesidad de liquidez con JCI Flowers, un inversor yanqui que iba a poner 450 millones de una tacada. No ha podido ser porque los americanos cada vez querían más parte del pastel. Como los sevillanos de Cajasol. Con el nuevo invitado, que ha impuesto su mayoría de bloqueo a las decisiones del grupo, la cuota burgalesa en Banca Cívica no pasa de irrelevante. Es lo que tiene emprender excursiones peregrinas sólo por el gusto de dar con la puerta a sus vecinos. Que si va a Sevilla puede quedarse sin silla.

tracking