Leonesismo

N No tienen ustedes la impresión de que toda campaña electoral es una comedia sarcástica, casi una ceremonia de la confusión, que, como las películas de asesinos en serie, se aprovecha del magnetismo de la maldad?

Vivimos en la sociedad del énfasis de modo tal que si no te excedes en lo verbal apenas se te escucha. Por eso lo diré sin ponderación: las próximas elecciones municipales en León se muestran a priori como las más interesantes e inquietantemente abiertas de toda la reciente democracia. ¡Y esto es así por lo que le ha pasado al leonesismo! Como si lo más importante no fueran las convicciones sino el poder en sí mismo, hace tiempo que los partidos han abandonado en sus previsibles discursos las autoreafirmaciones radicales buscando el decisivo espacio político del centro. Pero las elecciones municipales son, ya se sabe, las menos ideológicas de cuantas se convocan en este aburrimiento necesario que es la democracia, y por tanto lo determinante es el centro. ¡Sin embargo en León el centro político es el leonesismo!

El voto de la desafección para con los políticos «profesionales», el voto de castigo, el utópico y el de los resentidos se sumaba al voto y esfuerzos de los manifiestamente descontentos con la injusticia histórico-económica que es esta comunidad autónoma para conformar aquí un reivindicativo centro político que prendió en la sociedad, y que se convirtió en llave... Pero tras tres escisiones sucesivas del partido político que se autodenomina leonesista, tras el caso llionpedia y demás, el verdadero leonesismo parece haberse quedado un poco huérfano de partido. ¿Eso no convierte a las próximas elecciones municipales en fascinantemente abiertas?

A esto se suma que, tras años de gobierno conservador en la ciudad de León, un alcalde de diferente signo, inicialmente aupado por el efecto Zapatero, ha desarrollado otra gestión... Y León, ciudad suspicazmente continuista, ha visto que, en lo esencial, todo seguía igual.

Viajando al huérfano centro ha sido aquí la izquierda quien empezó virando en sus discursos hacia el leonesismo, aunque le faltaba credibilidad. ¡Y la credibilidad en política, visto lo visto, no la dan las palabras sino las obras! El hecho ya probado es que aquí empezaron en efecto a venir las más importantes inversiones públicas que hemos conocido -esta semana Feve ha anunciado otra más--¦ ¿Estas inversiones en León no ratifican que un leonesista es presidente del gobierno? En las inminentes elecciones municipales, ¿surgirá otro mordaz, costumbrista y vacilón partido de centro, o la ciudadanía corroborará que el leonesismo ha virado a la izquierda, o qué? ¡Estamos en ascuas!