EL GALLO. El fiscal se queda con la palabra en la boca

Sentar en el banquillo a los supuestos responsables de los sabotajes al empresario maragato Sindo Castro ha llevado 14 años. Levantar al fiscal de su asiento en plena lectura de su alegato para informarle de que le requerían con urgencia fuera de la sala, sólo le llevó unos segundos a un funcionario del juzgado de lo Penal de Ponferrada el pasado martes. Eso sí, con autorización del juez, que había sido avisado. Acusados, abogados, periodistas -”cuyo trabajó facilitó en todo momento el magistrado Óscar Hernáiz -” testigos y víctima, asistieron a un hecho bastante inusual, por no decir inusual del todo, y vieron cómo el joven fiscal abandonaba la sala en el ejercicio de la palabra para volver en un par de minutos y retomar su discurso de calificación. En el intervalo había corregido su petición de dos años y medio de cárcel para cada uno de los cinco acusados por dos años.