Un marciano

A cabo de terminar mi programa de Punto Radio, Protagonistas. Desde muy temprano me propongo hacer bien mi trabajo y elevo hasta dónde puedo mi nivel de exigencia. Me esfuerzo por ser útil, intento contar las cosas con cierta distancia, sin sentirme deudor de ninguna causa. Me empeño en abrir pequeñas puertas al buen humor, a la ironía; hago lo que puedo por huir de la vulgaridad, detesto la ordinariez tanto como la mentira y la exageración. Me gusta mi profesión. Me gusta el periodismo, y me gusta más aún la radio.

La tertulia del miércoles sentaba a la mesa del programa a José Manuel Pazos, un economista brillante; Jaime González, jefe de Opinión de ABC; Luis Ignacio Parada (Mr. Dato), un veterano periodista siempre en la moderación; y uno de los mejores periodistas de la televisión, Antonio Sanjosé (CNN+) Por más vueltas que le daba mientras preparaba la tertulia me salían dos argumentos: Marruecos y el rescate de los bancos en Irlanda. Pensé que cumplíamos con lo que se esperaba si éramos capaces de contar bien estos dos asuntos.

Hemos sido todos muy críticos con el seguidismo que Rubalcaba impone al ritmo que marca Rabat. Y hemos sido claros a la hora de explicar esto tan complicado del rescate a Irlanda. Nos hemos puesto en el lugar de Irlanda y Portugal, y nos hemos preguntado qué pasaría si fuera la economía española la rescatada. Ya en el despacho decidí hacer algo que nunca hago: Mirar en una página de Internet los temas más visitados, a ver hasta dónde había conectado con los lectores en la red. Fue hacer clic y se hizo presente la decepción. Los asuntos que yo había destacado, los que pensaba y pienso que deben ser explicados y conocidos no estaban en los primeros puestos de una lista de 10. De modo que enseguida me embargó una sensación que no pude disimular: ¿Estaré haciendo radio para marcianos o soy yo el extraterrestre? Decidí que era esto último mientras sentía una sensación entre el agotamiento y el fracaso.

Resulta que más allá de Marruecos e Irlanda los lectores en Internet estaban interesados por el anuncio de boda entre el príncipe Guillermo de Inglaterra y la señorita Kate Middleton, le seguía otra noticia sobre el flamenco, otra sobre cómo ver desde la Tierra la lluvia de meteoros que se conoce como las Leónidas, y a continuación la historia de una mujer americana que estuvo en Europa cinco siglos antes de que Colón las trajera a España. Vaya, pensé, no he dado ni una, quizá sea lo más parecido a un marciano en Marte. Le di la vuelta a la situación: si hubiera conocido la lista antes de hacer el programa ¿qué hubiera hecho? Lo mismo que acabo de hacer, me dije. Pero cuando me marchaba de la radio, escrito ya este artículo, me asaltó una duda: ¿Leerán mis jefes está columna? Y me respondí con un deseo: Espero que no.