La marca ZP no vende

E l mejor análisis sobre lo que está ocurriendo en el entorno del PSOE y del Gobierno lo hizo el otro día en privado ¡claro está! un destacado miembro de ese partido, que además corta y mucho el «bacalao» en Moncloa... «La diferencia entre lo que pasa ahora en nuestro partido y lo que ocurrió cuando perdimos el gobierno frente a Aznar es que entonces la marca PSOE estaban por lo suelos con los escándalos de corrupción ligados a altos cargos: los Gal, Roldan, filesa etc, pero la popularidad de Felipe González y su liderazgo apenas se resentía en las encuestas, mientras ahora lo que está débil es la marca ZP, mientras las siglas del PSOE no se han desgastado escandalosamente». El análisis, que yo comparto en gran medida, nos puede servir para hacernos una idea de por qué el presidente no tiene intención de aclarar, a corto plazo, si finalmente se presentará a la reelección un tercer mandato. Él mejor que nadie sabe que las encuestas propias y las ajenas le sitúan personalmente en caída libre tanto que es difícil encontrar un presidente de la Democracia cuya popularidad haya caído tanto en tan poco tiempo.

Tal vez por eso cuando el otro día el director del País le preguntó en su «macroentrevista» si piensa o no presentarse a las elecciones del 2012 señaló, una vez más, que la decisión está por tomar y que lo anunciará en su momento. Hasta ahí nada nuevo que no se salga del guión preestablecido. Lo que sí dejaba la puerta abierta a todo tipo de especulación fue su respuesta sobre si ve a Rubalcaba como presidente del Gobierno: «A Alfredo Pérez Rubalcaba le veo en cualquier responsabilidad política», lo que significa que él tampoco descarta que el todopoderoso ministro haya sido nombrado como tal para que haga una especie de ensayo general de lo que puede ser en el futuro su responsabilidad política. No conozco a nadie en el PSOE que, en estos momentos, si le preguntas por el «superministro» y por la posibilidad de que este pueda ser en unos meses el sucesor le haga ascos a la idea.

Sea como fuere la marca ZP ya no vende nada y no lo hace por muchas cuestiones, pero no se puede obviar que ha sido el propio Zapatero el que la ha devaluado ejerciendo un liderazgo personalista y caprichoso, que ha hecho de la improvisación una forma de ser y estar en política. Ha sido él quien ha optado por rodearse de un gobierno débil y de perfil bajo para que nadie, hasta ahora, sobresaliera más que él o le hiciera sombra y también es él quien, con su indefinición de puertas adentro de su propio partido, está dando alas a quienes suspiran por un cambio de cartel como única forma de evitar que el barco se hunda. Muchos que antes presumían de su cercanía a Zapatero, ahora cortejan sin ningún rubor a Rubalcaba. Por algo será.