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Publicado por
CAYETANO GONZÁLEZ
León

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El resultado de las elecciones autonómicas celebradas el pasado domingo en Cataluña puede y debe ser analizado desde dos perspectivas diferentes pero a la vez complementarias: desde la puramente catalana y desde cómo afectará ese resultado a los diferentes actores de la vida política nacional. Y desde ambos ángulos hay, claramente, vencedores y vencidos.

Empezando por la primera, es evidente que el gran vencedor ha sido CIU y su líder Artur Mas que después de siete años en la oposición volverá a gobernar Cataluña, como antes lo había venido haciendo Jordi Pujol durante veintitrés años, desde 1980 al 2003. Con sus 62 escaños, a sólo seis de la mayoría absoluta, Mas podrá gobernar con toda comodidad, sin necesidad de hacer coaliciones o pactos de gobierno. Eso sí, dependiendo del tipo de leyes o iniciativas que se presenten en el Parlamento, tendrá que buscar el apoyo puntual, en algunos casos del PP, en otros de ERC o del nuevo partido «Solidaritat Catalana per la Independencia» liderado por el ex presidente del Barcelona, Joan Laporta.

En el capítulo de vencidos, hay uno que destaca por encima de todos: el PSC y su actual líder -que ya ha anunciado su retirada- José Montilla. Los socialistas catalanes han cosechado el peor resultado de su historia, perdiendo el treinta por ciento de los votos que tuvieron hace cuatro años y nada menos que nueve escaños. Es el fruto que han recogido de una convivencia «contra natura» durante siete años en un Gobierno tripartito, en el que la fuerza mayoritaria era el PSC pero en el que Esquerra Republicana impuso en muchas ocasiones su impronta radical e independentista. Precisamente, ERC ha sido el otro gran derrotado de estas elecciones, perdiendo la mitad de sus votos y escaños, lo que le lleva a pasar de ser la tercera fuerza política a ocupar la quinta posición.

En clave nacional, el gran perdedor ha sido Zapatero cuya apuesta por el nuevo Estatuto de Cataluña fue clara y evidente. Ahora, con este resultado, Zapatero no es que vea las orejas al lobo, es que tiene a todo el lobo delante, de cuerpo presente. Dentro de seis meses serán las elecciones municipales y autonómicas en trece comunidades y lo ocurrido en Cataluña no augura nada bueno para el PSOE y para sus diferentes candidatos. Por contra, el presidente del PP y líder de la oposición encara el futuro electoral con más optimismo, porque al mal resultado del PSC se une la importante subida de su partido en una comunidad autónoma que siempre ha sido esquiva a los populares. En definitiva, hay mucho partido por delante y lo que no se sabe a día de hoy, es en qué estado de forma van a llegar los jugadores al final del mismo. Incluso algunos, en las filas socialistas, ya están planteando en estas horas un cambio de entrenador porque con el actual van derechos al precipicio.

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