Diario de León

TRIBUNA

Leonesismo como sentimiento

Publicado por
MÁXIMO CALVO SOTO. MIEMBRO DE LA ASOCIACIÓN PRO IDENTIDAD LEONESA
León

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I sidoro Álvarez Sacristán, en esta misma sección de «Tribuna» del pasado trece de noviembre hacía notar su distinción sobre leonesismo y leonesidad, para terminar hablando de UPL y del leonesismo político. No va mi escrito con ánimo de abrir una controversia, puede que hasta necesaria, pero no sé yo si estoy perfectamente preparado para ello. De ahí que estas líneas sean de simple reflexión sobre un tema que me apasiona como leonesista de a pie.

Ser de León y ser leonés, puede sonar como un juego de palabras, casi como un divertimento, o el comienzo de una elucubración metafísica, pero, tan sólo es el paso previo para, en este caso, hablar de leonesismo y leonesidad. Así que trataré de mostrar la sutil distinción que creo percibir entre ambas expresiones fruto de posturas personales: marcada una por la indiferencia y adornada otra con el compromiso leonés. Hay un arranque u origen común en las personas a las que podamos otorgar, o ellas decidan arrogarse, una u otra calificación por haber nacido en León.

Ser de León. Nacer y vivir aquí es la elemental realidad que nos otorga tal condición. Si en nuestro vivir no nos vamos impregnando culturalmente de las esencias del pueblo leonés, no podremos sentirnos integrados o identificados en él. En el otro extremo, la implicación en los valores autóctonos, la conexión con nuestro pasado, historia, costumbres y tradiciones, e integrándonos culturalmente en el pueblo leonés para participar de un mismo temperamental sentimiento, nos llevará a poder decir: Soy leonés.

Mas, los leoneses, corremos un grave riesgo si pensamos que aquello que indudablemente es inherente a nuestra personalidad y nos identifica, está en la simple lógica de decir soy leonés, sin valorar el peligro que este «autismo» conlleva. La evidencia está en el ente autonómico queriendo ignorar las diferencias culturales.

Como colofón: Ese ser leonés, y el compromiso que soporta como aditamento, nos puede poner en el camino de un más alto valor si cabe, cual es, el estado de conciencia llamado leonesismo. Ya estamos ante la palabra mágica para la mayoría de los leoneses en el momento autonómico: Leonesismo. Pero no es una expresión modernista. Aunque sí ofensiva para aquellos a los que les molesta la apoyatura que en ella encontramos para movilizarnos vindicando nuestro derecho a autonomía diferenciada. Es más, llevados por el amor hacia la tierra leonesa hemos ido dando corporeidad al leonesismo social reivindicativo. Y aunque podamos considerar, q uienes lo profesamos, fácil de vivir, no resulta sencillo definir el leonesismo. Por otra parte, ¿acaso los leoneses no somos capaces de vibrar ante la faceta costumbrista, tradicional o la celebración de los hechos históricos que colectivamente nos significan? Esto, para mí, encerrando un compromiso cultural, se llama leonesidad.

Leonesidad, una cualidad perenne, ciertamente, soporta una suavidad dicente, que llegando a quien la escucha, o en menor medida a quien la lee, no llega a impactar del mismo modo que leonesismo. Leonesismo, leonesidad o estado de conciencia de lo leonés. Siempre en orden a los sentimientos, ésos que brotan, o se han de hacer fluir en cada individuo como fuerza y amor interior de lo leonés, se pueden ver reflejados colectivamente en las costumbres, en las tradiciones, en la cultura de un pueblo; y por supuesto en orden inverso, como generadores de una identidad común.

La constatación del leonesismo como sentimiento individual, o como sentimiento compartido: leonesismo social, no es de hoy, ni de ayer, ¡es de siempre! Como tal se ha mostrado y se dará a comprender en cada momento y época según lo demanden las circunstancias, permaneciendo vigilante, cual sempiterna llama de amor a nuestra tierra, a la cultura que en ella se ha generado y que nos ha ido conformando como pueblo.

El leonesismo considerado como movimiento político, o abanderando una opción política, los dirigentes de esa hipotética formación, y los militantes de la misma, forzosamente han de diferir de otros partidos políticos al uso, y su respectivas militancias, en que no hay una ideología común, llámese de izquierdas o de derechas, que dé cuerpo a su estructura partidista y sirva de cohesión en las bases.

Por lo tanto tiene que haber otra argamasa, otro nexo, que permita mantener unidos a los leoneses en un grupo heterogéneo -"por el dispar posicionamiento político ideológico-" y éste no puede ser otro que el congruente sentimental llamado leonesismo, expresado en la forma más espiritual de las ideas, e imposible de asimilar a ideología.

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