La opinión del lector

Un futuro lleno de incertidumbre

R ecuerdo que, tanto en la infancia como en la adolescencia, te preguntaban los profesores, amigos o familiares qué querías ser de mayor. Unos decían médico o maestro o ingeniero-¦, casi nadie decía albañil o carpintero ni tampoco minero; (hoy es un lujo tener cualquiera de estos oficios). Por aquella época, siempre que se dieran las condiciones económicas familiares y con esfuerzo, llegaban a realizar su objetivo. Hoy los hijos le cambian los términos a esa pregunta: ¿Qué puedo ser de mayor? Y a esa pregunta, ¿qué puede contestarse ? El caso es que las salidas que hay pueden ser hoy certeras y mañana equivocadas. Los jóvenes constatan que las salidas que hay son pocas y se preocupan por el estado laboral de sus padres. También, hay que reconocerlo, les dejamos en herencia unos derechos laborales nefastos en un mundo en el que la sabiduría se paga poco y mal. Lo peor de todo es que para poder independizarse necesitan tener «dos vidas» ya que con los salarios y las condiciones que se dan actualmente no pueden hipotecarse debido a que las financieras se niegan a dar créditos a estos jóvenes sin unas garantías totales cuando antes eran mínimas. Otra cosa que me sorprende es que antes la actividad familiar iba de generación en generación y ahora la mayoría no quieren ejercer la profesión de sus padres. Por último, sé que vivimos en un mundo lleno de desigualdades por eso es muy importante luchar por los valores humanos y, aunque sea paradójico, después de lo aquí escrito, deberíamos recordar que el pesimismo se contagia más que el optimismo.

Antonio Árias Terrado (Toreno)