El frío hace tiritar a la hostelería
La Constitución y la Inmaculada. Dos festividades que los hosteleros de la provincia esperan con ansiedad, porque saben que es, tras los periodos vacacionales, el momento del año en el que más movimiento turístico existe. Este año, los hoteles, sobre todo los de la capital leonesas, casi habían colgado el cartel de no hay billetes -”una media de un 80% de ocupación así lo atestigua-”, pero no las tenían todas consigo. ¿Qué pasará si arrecia el temporal?, se preguntaban. En León siempre se ha temido a las previsiones meteorológicas que, una y otra vez, acostumbran a dejar incomunicadas zonas que no lo está o a elevar el frío y la posibilidad de nevada muy por encima de lo que realmente sucede después.
Pero el mal ya está hecho. El viajero que tenía previsto trasladarse a León, principalmente en coche, se lo piensa y ante la posibilidad de temperaturas muy por debajo de cero, hielo y nieve, decide cancelar su reserva. Eso es lo que ha sucedido y no por ser reiterativo deja de ser preocupante. Pero no todo es culpa del temporal, porque los servicios meteorológicos se limitan a informar y esa información se recibe al instante. Aquí entran también en juego las campañas promocionales que se realizan y cómo se realizan. Por poner un ejemplo, la Feria de Productos de León se está celebrando en la Plaza de Toros de la capital, pero el Ayuntamiento no la promociona, porque es de la Diputación y él decidió salirse del consorcio de Turismo. Para atraer al turista es necesario realizar acciones coordinadas y conjuntas. Se pudo ver en Intur, donde la capital leonesa brillaba por su ausencia, y eso no es de recibo, no se puede permite. Y lo mismo podría decirse de Ponferrada. León es una parte de la provincia y, de la misma forma, que quien viaja a la montaña es muy probable que quiera ver la Catedral o San Marcos o San Isidoro; el turista que viene a León, también quiere ir a Valporquero, San Isidro, Vegacervera, Riaño, Picos de Europa...
Es cierto que una mala predicción meteorológica deja tiritando a la hostelería, pero la descoordinación la hace tiritar aún más.