Las dos Españas

2010, y seguimos hablando de situaciones preguerracivilistas. Ya cansa. Mucho. Sobre todo porque estas tres palabras combinadas se adaptan, estiran, encogen, a voluntad. La ocasión última para tal reflexión sobre las dos Españas la ha aportado el Informe Pisa de la Ocde, en el que se estudia la capacidad lectora, matemática y científica de los chavales de 15 años. España, en su conjunto, ocupa un lugar centrocampista tirando a la retaguardia más que a delantero, ¿alguien lo dudaba? Y, dentro de la piel de toro, el norte supera en el ránking al sur. Sorprende de forma muy positiva que Castilla y León ocupe el primer lugar nacional, que incluso se sitúe en la séptima posición mundial, si así tabulamos, en varios de estos parámetros. Debemos felicitarnos, sí. Pero resta mucho camino por recorrer, entre otros pasos cambiar ciertas barbaridades de algunos libros de texto de historia, ocasión excelente superado el 2010 para que se abandonen tópicos y chorradas varias, para que los romanos dejen de invadir Castilla y León o los atapuercos arriben a la comunidad antes de que Burgos existiera. No es pecata minuta, tampoco difícil de subsanar, si existe voluntad. En lo restante, debemos sacar pecho y respirar tranquilos. Nuestros muchachos saben leer, escribir, sumar, restar, experimentar. Todo ello en un país que admira a las ordinarias analfabetas, que desea convertirse en concursante de Gran Hermano o compartir trono con gorilas hormonados que juegan a tronistas.

El dinero que invertimos en Educación compensa, a la luz de ese mapa tintado en azul y rojo, que no representa PP y PSOE, tampoco republicanos y nacionales, sino dos realidades: quienes apuestan por mejorar la formación y quienes prefieren trajes a medida, coches oficiales, PER a punta pala y cante jondo en las escuelas, circunstancia que, a mayores, me lleva a considerar que no entiendo un país que valora que el flamenco es incompatible con la historia o las matemáticas, porque a la hora de introducir asignaturas quienes apuestan por el arte de Farruquito de un taconazo quieren pisar el cayo a la raíz cuadrada. Estos romanos están locos-¦

Revela mucho más de lo que a primera vista parece el informe Pisa. Sería deseable que se ofrecieran sus resultados por provincias, para comparar dónde se asientan las posaderas de León y en qué puesto las de Pucela o Segovia. Creo que ese sería el siguiente paso: compensar los posibles desequilibrios internos, porque el verdadero problema, al final, no se cifra en lo cultos que somos, basta comprobar el número de escritores per cápita o de ingenieros con mando en plaza, sino el futuro que aguarda a ese magnífico potencial humano cuando termina sus estudios. Por desgracia para nosotros, los mejor formados de España acaban en otras comunidades, básicamente en las que ofrecen trabajo. Ese es el verdadero reto de esta autonomía: aprovechar la inversión realizada en beneficio de quienes habitan en ella.