La opinión del lector

De bien nacidos es ser agradecidos

E n la fachada del n.º 9 de la calle Julio del Campo, reza esta inscripción: «Por la instrucción Pública. Julio del Campo Portas y su mujer Antolina Luna Aparicio donan este edificio a la ciudad de León. Año 1917»

Desde niño, me llamó la atención esta fachada. Por ello, he leído con sumo gusto el reportaje que el domingo, día 12, publicó ese Diario con las aportaciones que hace el estudioso de la vida y obra del ilustre filántropo don Julio del Campo, el señor Ruiz Miranda. Con el paso de los años, la fachada del edificio que albergó las antiguas Escuelas Nacionales fue deteriorándose sin que ninguna de las Corporaciones municipales que han venido gobernando el Ayuntamiento se haya interesado en poner en valor esta fachada que bien podría formar parte de alguna de las rutas turísticas de la ciudad, como bien me comentó el referido estudioso cuando le felicité por dar a conocer la obra de quien, sin ser leonés, tanto quería e hizo por la instrucción publica de León.

Perdimos una ocasión de oro cuando con el dinero del Plan B se restauró la fachada contigua donde estuvo ubicado el antiguo Parque de Bomberos y más tarde el Tanatorio y, sin embargo, ésta no se tuvo en cuenta, lo que considero una afrenta imperdonable para la memoria de estos mecenas; además, dado el estado de suciedad y dejadez, es un bochorno para la ciudad.

Confiemos que, así como la Corporación actual, a pesar del dinero que recibió, no tuvo en cuenta esta obra y sí, en cambio, se hicieron otras, a mi juicio inútiles, y ejemplos tenemos de ello, la próxima que salga de las urnas sea más receptiva para la conservación del patrimonio que nos ha sido legado.

Gerardo Pérez López. LEÓN