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Publicado por
RAFAEL MARTÍNEZ SIMANCAS
León

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A José Mota le ha salido un competidor de altura, el presidente del Congreso de los Diputados no deja pasar un día sin hacer alguna actuación con el Show de Bono que llena las pantallas y tiene mucho éxito en las tertulias. Pero al margen del espectáculo, (José Bono no puede evitar su peculiar puesta en escena por cierto muy envidiada por aquellos que no comunican un pimiento), está el trasunto sucesorio.

Las encuestas dicen que el PSOE tiene un serio problema de liderazgo, lo admiten los barones socialitas en cuánto se les da la ocasión, Barreda no tiene inconveniente en decirlo delante de un micrófono si le preguntan. Y en clave sucesoria debemos entender las últimas actuaciones del vicepresidente Rubalcaba y de Bono; al primero se le puede considerar el «consejero delegado» de una empresa en pérdidas con un presidente en luna menguante, y al segundo como aquel que hubiera sido presidente en caso de no haber perdido en la carrera por la secretaría general. Parece letra de bolero, aquel que decía «de lo que pudo haber sido y no fue».

La semana pasada Bono hablaba de liebres eléctricas, falsas y cántabras. Pero aquello iba más allá de una revisión de las fábulas de Samaniego, en las palabras de Bono había demasiado «jabón» para Pérez Rubalcaba. Quizá consciente de que se había pasado en el peloteo, Bono dice ahora que nunca pugnaría con Rubalcaba por la sucesión de Rodríguez Zapatero en tanto no es el momento de plantearla. Eso está muy bien como parte del Show de Bono pero el sólo hecho de negar el debate en público ya es admitir que se ha vuelto necesario. Si no tuviera intención de hablar del relevo con no referirse a él tres veces en una semana sería suficiente.

En honor a la verdad ninguno de los dos son culpables de la polémica, el responsable es el presidente Zapatero que tiene por costumbre no enfrentarse a los problemas. Lo que está claro es que ningún dirigente socialista se quiere inmolar junto a Zapatero como si fueran guerreros de Xián. La parte más inquietante del show de Bono es cuándo afirma que entre él y Rubalcaba hay lazos de sangre, esto lo debería aclarar cuánto antes porque la política puede ser cualquier cosa menos parte de una novela de Mario Gianluigi Puzo, (autor de «El Padrino»). O explica ese código que existe entre ellos o lo que va a conseguir es que ambos se pongan la zancadilla en esta carrera de liebres con meta en La Moncloa. Haría mal Bono en creerse la última Coca-Cola en el desierto porque candidatos no faltan y muchos están dispuestos a saltar como espontáneos a la menor oportunidad. Que explique Bono si el show es

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