Diario de León
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VICENTE PUEYO
León

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E n este año que ya ha sacado el pañuelo de la despedida hemos vivido como Pedro III, uno de esos magos que recorren estos días León y que, retando a la gravedad, se sienta sobre el aire. O como una de esas simpáticas pulgas del señor Pérez, que camina por la cuerda floja sorteando infinitos peligros. Como las arcas municipales no dan para pagar a la legión de psicólogos que harían falta para que la apaleada ciudadanía no caiga en una irreversible catarsis bipolar colectiva, el ayuntamiento nos sumerge en el mundo de la magia y la ilusión. Una rúbrica acertada a un tiempo irrepetible en el que el gran mago Optimist Maximus fue sacando de su chistera estremecedoras frases como blancas palomas: «Los valores de la derecha cotizan en la Bolsa; los de la izquierda cotizan en el corazón». Raudas hacia la hemeroteca mágica volaban ésta y otras frases-brebaje que ya foman parte de la antología de la videncia: «España ha entrado en la Champions League de la economía mundial». Y en los tratados de funambulismo está subrayado aquel momento crucial en el que se sacó de la manga la palabra «crisis» dejando boquiabierto al respetable: «En esta crisis, como ustedes quieren que diga, hay gente que no va a pasar ninguna dificultad» (¿se refería a los bienpagados señores diputados?).

Mademoiselle Patri Zenner, que recorre el centro de León en bicicleta junto a su lechuza, asegura tener línea directa con duendes, elfos y hadas pero se calla que, en una noche de plenilunio, mientras se preparaba un sandwich machacando alas de murciélago y limaduras de uña de gata en celo, se le apareció la voz de OM: «Estoy a gusto conmigo mismo...». Pero en el más difícil todavía, -justo como hace frente a la Catedral con sus cartas traviesas el prestidigitador Justo Thaus-, por siempre jamás permanecerá en la memoria el birlibirloque más abracadabrante: «Hoy estamos mejor que hace un año y dentro de un año estaremos mejor que hoy». Algo sólo homologable al alehop más marchoso que se recuerda: «Los trabajadores no van a perder derechos».

Queda desvelado, en fin, el secreto de Pedro III, el sentador del aire. Su silla ingrávida se sostiene sobre las columnas invisibles de las frases de OM. Y es que es para levitar: «Somos la 8ª potencia mundial, la envidia de Europa». Aquí redoble, silencio en la sala. Triple salto mortal de pulga sobre el alambre. Y que el 2011 nos coja confesados (y menos escépticos).

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