Más turistas que peregrinos en el Jacobeo

Concluido el Año Santo Jacobeo comienzan los balances que suelen poner el acento en la cantidad de los peregrinos. Se asegura que en León no se han cubierto plenamente las expectativas que hablaban de un aluvión que al final no se produjo. Desde luego es mucho más difícil subrayar la -˜calidad-™ que la cantidad del peregrinaje. Allí no llegan las estadísticas y, sin embargo, ahí radica el sentido último de esta histórica ruta que no será sino un reclamo turístico más en cuanto pierda esa esencia que pasa por la voluntad de convertir el paso a paso diario en un acto de introspección personal. Las personas y asociaciones que trabajan más seriamente para que no se malogre el auténtico espíritu santiaguista no disimulan su escepticismo y tienden a relativizar las informaciones que destacan las «riadas» de peregrinos. Pero se diría que luchan contracorriente del signo de los tiempos. Hoy día, el componente turístico y lúdico, los aspectos deportivos, el amor por la naturaleza y la búsqueda de relaciones amistosas priman sobre otros factores vinculados a la fe, al sacrificio personal o a la aventura interior. Así son las cosas. Siendo muy respetables estas actitudes, lo cierto es que resulta cada vez más difícil encontrar al peregrino de ley al que seguramente no hay que ir a buscar precisamente en un Año Jacobeo.