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HISTORIAS DEL REINO

Gas y frontones por minas

Publicado por
MARGARITA TORRES
León

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Llevamos más de una década de Plan del Carbón, en concreto una docena de años. Doce años sin empleo alternativo, con infraestructuras que solucionan problemas que deberían haberse solventado años ha, a través de diputaciones y ayuntamientos, sin recurrir a estos fondos: saneamientos, mejoras en las traídas de agua y un amplio etcétera del que gozan pueblos no mineros pero que, a los del carbón, se les financia desde esos cientos de miles de millones de las antiguas pesetas que deberían haberse empleado en otros fines, como fijar población en un territorio castigado por la huida de sus gentes. Una simple revisión de la evolución demográfica de nuestras cuencas mineras explica, a veces a gritos, que el trabajo no se ha hecho bien, que el dinero se ha gastado en la cuádruple F: fuegos fatuos, fotos y frontones. Huye la gente, emigra lo mejor, se quedan los viejos y los cementerios pronto serán abandonados también.

Dicen que cuesta, que no es limpio el carbón, que por eso debemos mirar hacia el gas y las renovables, las mismas de los huertos solares que producen electricidad de noche. El mismo gas que nos quieren meter por los ojos guste o no, que nos lleva a depender de Argelia o Libia. Vistas las cosas en el norte de África, hay que ser un país de idiotas para rezar en el extranjero en lugar de producir o conservar las reservas energéticas propias. Hablo de España.

A finales del año pasado descubrimos que Gas Natural debía pagar a Sonatrach, a Argelia, alrededor de 1.450 millones de euros. Mas lo agrio del tema se cifra en que esa empresa acreedora comenzó de socia en aquellos lares de la propia deudora y de Repsol. Eso sí, antes de expropiarnos y de elevar los precios a gusto y placer. No debemos olvidar, a mayores, que pronto dependeremos en un 40% de Argelia gracias al llamado proyecto Medgaz, la construcción del gaseoducto de 210 km que nos traerá el gas desde ese país tan liberal del Magreb y en cuyo accionariado entran Cepsa, Iberdrola y Endesa. De momento. Hasta que nos expropien de nuevo, porque lo cierto es que los argelinos nos han visto cara de tontos y viva el euro español. Tranquilos todos, no serán las empresas que han contratado a Aznar y Felipe González las que paguen sus torpezas, sino nosotros a través de la factura de la luz y el gas. Probablemente con el mismo dinero que los leoneses querríamos emplear en un futuro mejor para nuestros hijos, para nuestras cuencas mineras, para fijar población. Pues no, para los argelinos y socios. A este país de locos -"me refiero a España-", le hace falta una sentada entre técnicos para crear las bases de un futuro energético que no se parchee sobre los intereses de cuatro, sean cristianos o musulmanes.