La hora de León Oeste
Han sido muchos años de espera pero, por fin, le llegó la vez al León Oeste. Cada día se sube un nuevo peldaño en la recuperación de ese León irredento al que se le ha abierto un futuro esperanzador de la mano de la próxima llegada del AVE, la supresión del paso a nivel del Crucero, el Palacio de Congresos y la prolongación de Ordoño. Dentro de este proceso hay que contemplar la actuación que ayer destacaba el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de León: el desarrollo del Área de Rehabilitación Integral (ARI) en León Oeste, Pinilla y Barrio de la Sal y que afecta a 194 viviendas con una inversión pública de 2,3 millones de euros. Se trata de impulsar el -˜lavado de cara-™ de una zona demasiado tiempo olvidada en la que no pocas edificaciones estaban y están pidiendo a gritos su mejora y rehabilitación. Viviendas que, en un plazo ya breve, podrán disfrutar de los amplios espacios que se abrirán en cuanto queden liberados los terrenos por los que, desde siempre, discurre el ferrocarril.
Es ésta sin duda una de las bazas más importantes, quizá la más importante, con las que cuenta el equipo de gobierno municipal con vistas a las elecciones de mayo. De ahí nace esa actividad que se aprecia últimamente en las obras en marcha y que resulta especialmente visible en los trabajos de prolongación de la Avenida de Ordoño que se ultimará desde el momento (mediados de marzo, si se cumplen las previsiones) en que esté operativa la estación provisional de Renfe. Una actuación que permitirá acometer también de manera inmediata la supresión del paso a nivel del Crucero, cicatriz ominosa cuya desaparición será para los leoneses poco menos que un milagro. Más despacio va el proyecto del Palacio de Congresos que incardinará plenamente esta zona con el resto de la ciudad sin muros físicos ni mentales. Eso sí, ese nuevo espacio está obligado a ser, de verdad, el revulsivo socioeconómico y cultural que cabe esperar de una iniciativa tan ambiciosa. De otra forma estaríamos en un más que sonado fracaso. Hay tiempo para calentar motores pero no para fracasos.