Diario de León
Publicado por
Pedro calvo hernando
León

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E n es te dolorido país nuestro, la clase política, especialmente la que pertenece al Partido Popular, pero no sólo ésta, claro, está entrando en un territorio que provoca vergüenza, y que terminará en espanto, en millones de compatriotas que se distinguen por su pensamiento sano y por sus aspiraciones a ser tratados como mayores de edad y a ser respetados como ciudadanos de una democracia normal. Aunque muchos de tales ciudadanos profesen una ideología o una inclinación política coincidente o cercana con cualquiera de los partidos políticos en danza. Me parece que los partidos se equivocan si creen que las gentes cercanas a cada uno de ellos van a cerrar los ojos y las mentes y van a pasar por carros y carretas ante las desvergüenzas y las conductas impresentables de unos o de otros. Puede suceder, para sorpresa de muchos, que los españoles tomen nota de los desmanes y vuelquen esa nota en las urnas o en la abstención a las mismas. Cuando las mentiras alcanzan las más altas cotas, cuando la desvergüenza viola todos los cánones, muchos ciudadanos pueden reaccionar airados y darnos la gran lección.

A esa clase política me dirijo para llamar su atención sobre la necesidad imperiosa de que cambien el rumbo de sus comportamientos políticos y prueben a obrar con sensatez y con espíritu de auténtico servicio a los ciudadanos, lo cual está absolutamente reñido con el egoísmo ciego y sordo de los intereses del poder por el poder y por el disfrute espurio de las ventajas que procura, cuando no del dinero que se desvía por los andurriales de la corrupción, a menudo desenfrenada y corrosiva. La corrupción, el abuso de poder, la mentira, el disimulo, la desvergüenza, la cara dura, la doble moral no pueden salir siempre triunfantes. Ya lo hemos visto en algunos casos, lo veremos enseguida en otros y pronto llegará el momento de la regeneración, que tal vez se lleve por delante a muchos, muchos integrantes de las cloacas y basureros que ahora contemplamos con asombro y con sentimientos de injusticia ante la aparente impunidad. El depósito de basura no puede seguir creciendo más.

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