Medidas de risa contra la crisis

Hace unos días el ministro de Industria, Miguel Sebastián, sugería que, a la vista de la inquietante deri va de la situación en el norte de África, quizá era el momento de plantear medidas de ahorro energético. Lo que no era previsible era que el vicepresidente, Pérez Rubalcaba, revolucionara súbitamente las redacciones con el anuncio de una insólita medida que ha causado un profundo estupor entre la población: desde el 7 de marzo la velocidad máxima a la que se podrá circular por las autopistas y las autovías de nuestro país será de 110 kilómetros por hora frente a los 120 km/h. que hasta el momento rige en estas vías. El presunto objetivo: economizar hasta un 15% en el consumo de gasolina lo que, se traduciría, según las estimaciones del Gobierno, en un ahorro de 1.400 millones de euros al año... Es muy fácil inundar de cifras a los ciudadanos; lo que es más difícil es inundarles de argumentos razonables y creíbles. De momento de lo que se ha llenado el país es de un escepticismo hermanado con el cachondeo. Las preguntas surgen por doquier: ¿De verdad reducir la velocidad en 10 km/hora va a ahorrar tanta energía y tanto dinero como asegura el Gobierno? ¿Por qué no se ha comenzado hace tiempo a poner en práctica ese tipo de medidas con los miles de coches oficiales que pagamos entre todos? ¿Pero el debate no era si se incrementaba el límite de velocidad en autovías como han hecho en otros países europeos? ¿Quién nos convence de que no hay un afán recaudatorio detrás de esta alucinante iniciativa cuando es evidente que las multas se incrementarán exponencialmente? ¿Qué pensar, qué decir de la idea chapucera de utilizar pegatinas para modificar las decenas de miles de señales repartidas por las carreteras españolas? Sólo un gobierno desnortado, desbordado por los acontecimientos, puede adoptar este tipo de iniciativas a golpe de improvisación y con un coste económico sin evaluar pero en todo caso muy alto para el conjunto de la sociedad.

El Gobierno se ha dado unos días para -˜pulir-™ estas medidas y dejarlas listas para el próximo Consejo de Ministros. ¿Será también capaz de ref lexionar sobre lo que está proponiendo?