Luz al final de la bocamina

Un año después, las centrales térmicas comienzan a quemar carbón y las empresas mineras verán como sus cuentas de resultados reciben las primeras facturaciones tras doce meses en blanco o más bien en rojo, el de los números que ya poblaban las cuentas de los bancos. Han sido doce meses en los que ha habido de todo, hasta una segunda Marcha Negra que sacó a las carreteras a 200 mineros que recordaron a aquellos del 92 y, como ellos, recogieron el sentir y el apoyo de toda una provincia. Las cosas nada mejoraron y llegaron los Expedientes de Regulación de Empleo y hasta el cierre de pozos históricos, como el Calderón en Villablino, que vaciaba de mineros Laciana.

Han tenido que pasar doce meses para que el humo regrese a las chimeneas de las térmicas, la actividad a las cuentas y con ella vuelvan de los ERE los primeros 150 trabajadores. Y coincide, además, con una crisis energética en ciernes que ha motivado que hasta el ministro Miguel Sebastián tenga que reconocer, ahora, que es absolutamente necesario contar con una materia prima energética autóctona y España la tiene: el carbón. Esta situación de crisis unida al desbloqueo del Decreto del carbón aportan luz a un conflicto que necesariamente tendrá que vivir nuevas etapas. Y es que a nadie se le debe olvidar que Bruselas le ha puesto fecha de caducidad a las ayudas al carbón: el 2018. A partir de aquí sólo sobrevivirán las explotaciones mineras que sean rentables. Pero para poder ser rentable lo primero que tiene que haber es carbón. El camino ya se ha retomado y, ahora más que nunca, todo el mundo sabe cómo debe seguir. Es el momento de fijar una velocidad de crucero, que deberán marcar todas las administraciones al unísono para que esta crisis no se vuelva a repetir. León, Castilla y León, necesitan el carbón, porque de él viven más de 10.000 familias, directa e indirectamente, y merecen tener un futuro.

Ya no es momento de buenas palabras, es el momento de fijar un plan claro de apoyo a las empresas rentables y pelear por la permanencia del carbón. Sólo así seguirá habiendo luz al final de la bocamina.