Diario de León
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ANTONIO CASADO
León

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Todavía rebotan en los corrillos políticos y mediáticos las declaraciones de Carme Chacón en los desayunos de Europa Press sobre el viscoso asunto de la sucesión de Rodríguez Zapatero. La causa de la tormenta hay que buscarla en la libérrima interpretación de sus palabras sobre una eventual negativa de aquel a encabezar de nuevo el cartel electoral del PSOE en las elecciones generales de 2012. Sin embargo, la ministra no hizo otra cosa que invocar la aplicación de las normas internas del PSOE para el caso de que el actual presidente del Gobierno diera un paso atrás. Y respecto a su posición personal, no pudo ser más clara: Deseo que siga y votaré por que siga. Si al final se va, que decidan los militantes. Palabras absolutamente ceñidas a la normativa estatutaria y, dentro de lo que cabe, al ruego del líder de no abrir ahora el melón sucesorio porque los afanes son otros.

A pesar de todo, las obviedades de Chacón han alimentado la voracidad especulativa de periodistas y políticos, incluidos los dirigentes socialistas, al ser presentadas como la autopostulación de la ministra, el frenazo a los supuestos planes de Rubalcaba y la reclamación de elecciones primarias. Demasiadas conjeturas y demasiadas quinielas sobre un asunto del que Zapatero, amén de pedir respeto para una decisión que tomará reunido consigo mismo, ha dicho reiteradamente que se afrontará cuando toque y dentro de la normalidad estatutaria.

Mi apuesta es que Zapatero no repetirá como candidato. Y que Rubalcaba podría ser una opción electoral para salvar los muebles en 2012, no para liderar la travesía del desierto e intentar la recuperación del poder a medio o largo plazo. En ese segundo reto la actual ministra de Defensa es una de las figuras mejor colocadas por razones políticas y generacionales, aunque para eso no hacía falta buscar segundas intenciones en sus palabras sobre el funcionamiento interno del PSOE. Más allá de la marea especulativa, el relato que más se ajusta a la realidad es el que pasa por la previsible autoexclusión de Zapatero del cartel electoral para las generales de 2012, una vez que el balance de las urnas de mayo de este año (municipales y autonómicas) hayan confirmado que, efectivamente, la figura del actual líder socialista resta y no suma a la causa electoral de su partido.

Sin perjuicio de que Zapatero continúe en Moncloa hasta el final de la Legislatura y de secretario general del PSOE hasta la celebración del próximo congreso federal (probablemente este mismo verano), lo normal es que anuncie su retirada ante el comité federal del PSOE y, en el mismo acto, proceda a anunciar la convocatoria del XXXVIII congreso federal, el ordinario, el que toca, pues el anterior fue en julio de 2008, del que saldría un nuevo secretario general y candidato a las elecciones generales de 2012.

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