EL GALLO. La Semana Santa hace milagros

Si no existiera la Semana Santa habría que inventarla porque se comprueba que tiene efectos estimulantes sobre los responsables públicos y saca de su gruta a las neuronas. A alguien, quizá un papón disfrazado de concejal o viceversa, se le ha ocurrido que, de cara a esas celebraciones, que este año se retrasan hasta la segunda semana del florido abril, sería bueno hacer una limpieza general de las pintadas que -˜adornan-™ el Barrio Húmedo. Una buena idea, sin duda, que seguro no va a atentar contra el patrimonio artístico ni contra los derechos de autor, porque lo cierto es que, junto a leves pinceladas de ingenio y donaire, la mayor parte de estos grafitis son pintarrajos infumables, crueles latigazos a la vista de vecinos y visitantes. Lo curioso, lo cabreante también, es que haya que esperar a la Semana Santa para tomarse en serio estas cosas.