editorial
Cuadros es un polvorín
Alguien dirá que un polvorín no es una empresa pero, para Cuadros, el desmantelamiento del polvorín ubicado en el municipio va a tener el mismo efecto que si se cerrase una industria con 73 empleos. Con el agravante de que esos 73 'trabajadores' uniformados y sus familias no van a permanecer en el municipio sino que van a coger el petate y se van a trasladar a Valladolid; concretamente al acuartelamiento El Empecinado donde se llevará asimismo todo el abundante material custodiado en las instalaciones leonesas. Defensa, ayer lo reiteró la directora general de Infraestructuras de ese Ministerio, recuerda que esta iniciativa encaja en el «plan de reestructuración y racionalización» de efectivos e instalaciones obligado por el nuevo panorama abierto tras la creación del Ejército profesional. Dicho de otra forma más clara: los recortes presupuestarios han acabado con el polvorín que será un recuerdo a finales de este año si nadie lo remedia. Cabe preguntarse algunas cosas: ¿qué sentido tenían las fuertes inversiones de los últimos años en este polvorín¿ ¿Por qué no se ha tenido en cuenta que León tiene una situación estratégica muy notable en la zona noroeste con importantes acuartelamientos en su territorio? ¿Podrá recuperarse Cuadros de semejante golpe? No es de extrañar el enfado que se palpa en el pueblo.