Diario de León
Publicado por
VICTORIA LAFORA
León

Creado:

Actualizado:

Pese a que Zapatero sigue sin despejar la incógnita de si volverá a presentarse o no, las filas socialistas, tan desmoralizadas últimamente, recibieron ayer, con aplausos más intensos de lo normal, la vuelta al Congreso de Rubalcaba. No dijo nada distinto de lo que viene contestando miércoles tras miércoles al diputado del PP que le relaciona con el chivatazo del «Caso Faisán», pero su fina ironía y la contundencia de su verbo levantó pasiones en las bancadas del PSOE. Tal vez se deba a que la reunión del grupo, el día anterior, había dejado la sensación de que el silencio de Zapatero está abriendo un debate interno que es lo peor que le podría pasar al partido en un momento de precampaña electoral y con las encuestas por el suelo. Como muy bien dijo Eduardo Madina, a quien muchos incluyen en la pelea sucesoria aunque sólo sea por buscar un relevo generacional, «es de locos» que el PSOE esté metido en una guerra interna cuando hay cuatro millones y medio de parados en la calle.

Este riesgo de fractura y el que cada vez surjan más voces dentro del partido, ya no sólo de los dirigentes autonómicos sino de compañeros de viajes de la etapa inicial de Zapatero, que empiezan a apostar por este o aquel candidato, hacen crecer las posibilidades de Rubalcaba. La campaña desatada contra él por determinados medios de la derecha que, aprovechando su ingreso hospitalario, insinuó, junto a todo tipo de ruindades, que huía de comparecer en el Congreso, ha servido de revulsivo dentro del PSOE para que aumenten los apoyos a su candidatura. En la sede de Ferraz no ocultan que sería la única que podría, a día de hoy, «salvar los muebles» frente al PP.

Curiosamente «los barones», el manchego Barreda o el extremeño Fernández Vara, que tan preocupados parecían días atrás por la indefinición de Zapatero, han decidido cambiar de estrategia y ya no le piden al presidente del Gobierno que se aclare y diga sí o no. Posiblemente han pensado que estas batallitas les están haciendo perder un tiempo que tienen que dedicar a ganar votos, tan reñidos en ambas comunidades. Sobre todo que, si al final Zapatero no aclara su futuro antes de las autonómicas, el perder el pulso todavía podría restarles apoyos.

De momento, los partidarios de Carme Chacón, entre los que se encuentran varios de los dirigente de la llamada «Nueva Vía» -ese grupo de diputados, entonces jóvenes, que se constituyó en torno a Zapatero, se hizo con el poder en el PSOE, apartó a la vieja guardia felipista y ahora no quieren que les pase lo mismo- conspiran en la sombra. Y, mientras tanto, Rubalcaba es el objetivo a abatir por el PP y sus medios afines. El resto de candidatos esperan el fin del misterio.

tracking