Diario de León
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Manifiesto de empleados públicos por la dignidad de nuestro trabajo

U n grupo de empleados públicos de la Junta de Castilla y León, en León, hemos decidido tomar la palabra para defender la dignidad de nuestro trabajo y la revalorización de todo el sector público. La aplicación de las medidas de recortes de gastos, acordadas por el Gobierno de España, en mayo de 2010, al dictado de los nuevos tiranos: «mercados», «FMI», «OCDE», «G-20, «Agencias de Calificación», etc., produjo la rebaja de nuestro salario por primera vez en los 32 años de democracia.

Innumerables advertencias (dentro y fuera de España) de que son necesarios más planes de ajuste, y que van a recaer sobre las Comunidades Autónomas y las Administraciones Locales, pretenden ir derramando la lluvia fina de la inevitabilidad y de la resignación.

La fácil y cobarde decisión de «cargar» los recortes del déficit público sobre la congelación de las pensiones preparó el terreno para la reforma del sistema de pensiones español. Y la de rebajar nuestros salarios alimenta el desprestigio de la función pública y abona el terreno para desmantelar los servicios públicos y su entrega, como negocio de gran futuro, a los especuladores que han provocado y se benefician de esta crisis.

La Administración pierde contenidos y se deteriora la calidad del servicio público a base de «repartir tajadas» de negocios para empresas y particulares, mientras nosotros llevamos varias décadas contemplándolo pasivamente. Más pronto que tarde, los ciudadanos de hoy pagaremos más por menos, y los de mañana y pasado mañana nos recordarán como la generación cobarde y callada que dejó perder los derechos laborales y sociales conquistados desde 1945 hasta 1985.

La falta de voluntad política de la Junta de Castilla y León, para mejorar los ingresos (creando nuevos impuestos, recuperando los que nunca se debieron rebajar ni quitar en los años de vacas gordas, actualizando y mejorando la gestión de tasas, sanciones y multas), es la otra cara de la moneda.

Finalmente comprobamos la desgana y la falta de coherencia de los responsables políticos para poner en marcha medidas eficaces que acaben con: a) los despilfarros, duplicidades o triplicidades de competencias y de funciones entre administraciones; b) la clonación de éstas por entes, institutos, fundaciones, consorcios y empresas públicas; c) la privatización, externalización y subcontratación con empresas y personas privadas; d) los gastos innecesarios, suntuosos y propagandísticos.

Por ello, convencidos de que todos y cada uno de nosotros tenemos el presente y el futuro sobre nuestra conciencia, hemos de alzar la voz y trenzar una sólida unidad para actuar, mediante reuniones, asambleas, discusiones y votaciones que, de abajo a arriba, extiendan la marea de nuestra indignación. Sin dividir ni excluir, pero sin esperar más tiempo, decimos contundentemente, a los responsables políticos, que no hay más camino para sanear las finanzas de la Junta que contar con los empleados públicos y que no vamos a consentir ni un céntimo más de recorte en nuestros salarios. Explicaremos a la sociedad, empezando por familiares, amigos, vecinos, y siguiendo por cada ciudadano al que podamos atender, que queremos prestar unos servicios públicos mejores, más ágiles y asequibles. Que las subvenciones, ayudas, impuestos, tasas, sanciones y multas, se pueden gestionar mucho mejor. Construyamos el frente común entre la sociedad y los empleados públicos para convertir en intocables los derechos de cada ciudadano a unos buenos servicios públicos con plenas garantías de imparcialidad, equidad y universalidad.

Menos petróleo, menos renovables

A nte nuestra dependencia del petróleo, que supone alrededor del 80 % de nuestra energía, y su reciente encarecimiento, el gobierno toma medidas desconcertantes (parches) para paliarlo. Sin embargo, la opción más evidente, a medio y largo plazo, las energías renovables, no solo no se incentivan, ni son mencionadas ahora por nuestros gobernantes, sino que además están restringiendo las ayudas económicas a este sector, ocasionando con ello el abandono de esta industria por las empresas -destruyendo empleo, cuando podrían crear mucho-, pues se colige que, antes que su promoción, el gobierno busca su paralización.

Esta incongruencia tan flagrante, y presumiendo que los políticos no son tontos, y esto lo conocen, nos hace pensar que con este parón de las renovables están allanando el camino a la energía nuclear, lo cual significa que las empresas eléctricas, sus propietarias, se salen con la suya, solo por aumentar sus beneficios, incluso a costa de incumplir, el PSOE, su promesa electoral de disminuir la energía nuclear y potenciar aquellas; esta política torticera ate nta contra el bolsillo de los españoles, el empleo, y contra el medio ambiente, pues el petróleo contamina más, y lo nuclear supone una amenaza por sus riesgos inherentes de accidente, y por sus residuos, que hipotecan el territorio por miles de años.

No necesitamos producir más electricidad, pero sí más limpia y segura, como las renovables, y que además rompería la dependencia energética del exterior para siempre.

Sortu y otros sucedáneos

S e prohíbe Sortu, no en razón de lo que añade a la pluralidad, sino en razón de la modalidad de su aportación a la pluralidad del crimen político organizado, sirviendo como agente político de la ETA, cuya mera existencia es ya delito. Lo mismo pasará con Bildu y demás que salten a escena, mientras siga existiendo la ETA, y ETA encuentre canallas con ganas de alimentarla y representar sus intereses. El error es confraternizar con los enemigos de la democracia, con los pistoleros y bomberos, con el delirio criminal y criminógeno de los fabuladores de la historia, de los que sacan de contexto los escritos de Frantz Omar Fanon sobre el colonialismo y la, según él, necesaria redención mediante el baño de sangre. El error es dar alas a los levantadores de muros, a los amigos de gora eta. Si los señores y señoritas batasunos, etasunos y demás familia, con sus jaleadores y comprendedores juntamente, tuvieran vergüenza, lo primero que harían sería tomar conciencia de sus crímenes, dolerse de ellos, y proponerse un plan de enmienda en el que deberían incluir un tiempo de silencio y reflexión de, como mínimo, lo que dura una legislatura. Deberían, en ese tiempo de reflexión, llegar a compromisos concretos sobre cómo, cuándo, dónde y por qué medios pedir perdón y, en lo posible, resarcir a sus víctimas directas e indirectas. Luego, vendría la posible y necesaria presentación pública y notoria, sin duda ni sombra de dudas, de que renuncian al crimen orientado a lograr objetivos políticos, en general, y a las bombas, a las pistolas, y a la extorsión, en particular... Lo que hacen ahora los amigos de «gora Eta» y demás familia es ir de chulos, y reivindicar los derechos que a otros han negado y siguen negando, por la vía criminal, siempre que pueden y estiman que les conviene. Así que, en vez de pasear por las calles y tribunales sus reivindicaciones, con esa mal encarada chulería psicopática, ajena a cualquier sentimiento de culpa o autocrítica, que muestren un poco de humanidad, de humildad y un total, absoluto, público y notorio arrepentimiento de sus crímenes... Luego veremos,

El paseo del río, un campo de minas

V aya por delante, que no tengo nada en contra de los perros. Pero sí que me repatean esos dueños desaprensivos e irrespetuosos para con los demás, que no se molestan en doblar el lomo para recoger los excrementos que sus mascotas van dejando. No son pocas las ocasiones en las que después de disfrutar de una carrerita, un paseo en bici, un paseo en patines etc... con mis hijos por la verita del río Bernesga, tengo que andar limpiando las suelas porque alguno de nosotros ha pisado una mina.

Con el afán recaudatorio que muestra el ayuntamiento en algunos aspectos, podría encontrar aquí un buen filón para engrosar sus maltrechas arcas. Por favor más respeto hacia los demás. Recojan los excrementos de los animales, y más mano dura ante esto por parte de las autoridades.

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