LA GAVETA
Andrés Trapiello
E n la b reve entrevista realizada ayer en este diario a Andrés Trapiello se plantean muchas cuestiones sustanciosas. Y sustanciales.
Las sustanciales tienen que ver con la poesía. Me refiero -”se refiere Trapiello-” a que sin componente poético no hay literatura. Sin esa destilación del idioma lo que hay es otra cosa. Puede haber periodismo, puede haber -”y lo hay-” engaño. Pero no hay arte de la palabra. Porque una cosa es la literatura y otra el llamado producto editorial. Muchos libros aparatosos que vemos en las mesas de novedades, tildados generosamente de best-sellers, suelen ser bazofia. Tedio y vacío para quien busca profundidad, finura o fuerza literarias. Pero ahora todo se confunde.
Lo mismo da Corín Tellado que Pierre Michon. Se trata de una democratización falsaria, a la baja descaradamente. Y así nos va. Pero, claro, los grandes grupos editoriales tienen que vivir. Muchos, además, están en la ruina debido a sus ilusas inversiones televisivas.
Trapiello es un autor de una obra inmensa. Y toda ella interesante. Tanto la ensayística, como la poética. La de ficción o la autobiográfica. Debe haber publicado un centenar de títulos pero en ninguno de ellos el lector habrá perdido el tiempo. Siempre aprenderá algo. De la vida o de la historia cultural española. Del campo y la ciudad.
Y del propio Trapiello; de cómo él ha afrontado su existencia. Con una gran determinación literaria. Y con una curiosidad fecunda y copiosa. Su obra aúna lo vital y lo libresco.
También aborda Andrés Trapiello en la entrevista aspectos sumamente delicados, de los que se consideran tabú en nuestra provincia. Como cuando cita a la llamada «mafia leonesa».
Yo no sé bien lo que es esa mafia leonesa. Lo que sí parece claro es que muchos escritores leoneses han obtenido, y siguen obteniendo, evidentes favores del poder político. Lo que yo no censuro, porque cada uno es libre de trazar su trayectoria como escritor como le parezca y pueda. Y porque la obra, en todo caso, es ajena a esas hipotéticas maniobras orquestales en el ministerio. O en la Moncloa.
Con todo, de su entrevista lo que más me ha impactado, por ferviente y justa, es su defensa de Ramón Carnicer. Haberse acordado del gran escritor berciano ahora. Subrayar su mérito indiscutible para ganar el premio de las Letras de Castilla y León. Premio que le fue inmoralmente escamoteado.
Carnicer pagó muy cara su independencia, su alejamiento de cualquier vínculo con el poder -”que siempre limita al escritor-”. El berciano fue muy lúcido e irónico en su crítica al estatus político y al cultural.
Felicito a Andrés Trapiello. Por su premio, su trabajo y su poesía. Por haber resaltado la grandeza literaria y humana de Ramón Carnicer.