Tranvía y deseo

Justo hoy, lunes, el Pleno del Ayuntamiento de la capital aprobará las modificaciones del Plan General de Ordenación Urbana, necesarias para poder cambiar el trazado de la zona de Feve, entre la actual estación y el puente de los Maristas, con el fin de que el tranvía a los hospitales y a la Universidad sea pronto una realidad.

La integración del tranvía en la ciudad sin duda cambiará toda la zona, modernizándola. Ya nada será igual y se acabará con la actual división entre ambos lados de la vía, al poder atravesar al otro lado, por estar todo a la misma altura, y no como hasta ahora. Cruzar de Mariano Andrés a San Mamés sin tener que ir por Álvaro López Núñez o por la plaza de Juan de Austria (si nos olvidamos de la pasarela peatonal que hay detrás de la calle Gonzalo de Tapia y sale al parque de San Mamés) pondrá fin a muchos rodeos y unirá dos populosas barriadas. Seguramente evitará coger el coche a muchos padres para llevar a sus hijos al colegio, porque ahora será más rápido ir a pie.

Que haya tranvía desde el centro de la ciudad hasta el Hospital y la Universidad también reducirá el tráfico sensiblemente, en volumen de coches y de autobuses, así que todo será mucho mejor. Pero vuelvo a insistir (aun, a sabiendas de que el plácet judicial no significa que vaya a construirse, especialmente después de los cambios políticos que se avecinan) en que no es necesaria pues sólo es un gasto inútil y un empeño megalómano, la construcción de un tramo del tranvía desde Santo Domingo a Feve. Siempre he sido partidaria del tranvía, pero no de ese trazado, caro e innecesario. Cuando dentro de unos años estemos ya plenamente acostumbrados a acudir en tranvía a los hospitales y a la Universidad, nos daremos perfecta cuenta de que es completamente innecesario hacer el trazado de Padre Isla. Un circuito circular como ya he propuesto aquí puede ser rentable, si se restringe el uso del coche en el centro y desaparecen esos mastodónticos autobuses que entorpecen y atascan las calles, a poco tráfico de haya, cuando en su mayoría van vacíos, porque las líneas más utilizadas son precisamente las que va a reemplazar el tranvía.

De momento, habrá que agradecer que los cambios en Feve hayan servido para construir una nueva acera en Padre Isla, que ya era hora porque la antigua estaba llena de parches y tenía casi medio siglo.