CON VIENTO FRESCO
En tres tiempos
Conozco a Manuel García Prada, presidente de la Audiencia Provincial de León, desde hace más de cuarenta años, cuando en los sesenta del siglo XX estudiábamos en las aulas del instituto Gil y Carraco de Ponferrada; luego lo hicimos en las de Oviedo, en la facultad de Derecho él, yo en la de Historia, y, aunque ya con menos frecuencia, aún seguimos viéndonos de tarde en tarde, entonces y ahora. Ayer, como pregonero de la Semana Santa ponferradina, lo escuché en el teatro Bérgidum, que rebosaba de gente, para que luego digan que estos actos no interesan a la gente. Manolo leyó un texto breve, con recuerdos y añoranzas de otras Semanas Santas de su juventud en San Miguel de las Dueñas, su pueblo, y en Ponferrada; pero fue sobre todo un testimonio de fe de un cofrade que se enorgullece de serlo. Recorrió los días de la Semana Santa ponferradina, desde la salida del Lambrión Chupacandiles hasta el Domingo de Resurrección, y en cada día fue desgranando sentidas reflexiones de una piedad sincera.
La Semana Santa de Ponferrada está declarada de interés regional y, como tal, constituye un buen reclamo turístico -"aunque es más que eso-", ahora que el equipo de gobierno saca a la venta el 40% de la empresa mixta de turismo, con la que pretende promocionar la ciudad y la comarca del Bierzo. Los Micrófonos de Oro, celebrados el pasado fin de semana, también en el Bérgidum, suponen igualmente una promoción envidiable de la ciudad, gracias a la labor encomiable de Luis del Olmo en la tierra que le vio nacer. Aunque debido a la crisis, la Semana de la Radio ha tenido un menor protagonismo que otros años, la edición de los Micrófonos de Oro contó con la presencia de numerosos periodistas, políticos, artistas y hombres de radio y televisión. Durante varios días la prensa nacional se hizo eco de la noticia y abrió una ventana sobre Ponferrada a la que se asomaron millones de personas de toda España.
Estos eventos cuestan dinero. Algunos recelan de la inversión para celebrar el Campeonato del Mundo de Ciclismo en Ponferrada en 2014, como acordó la UCI hace unos días. No pueden minusvalorar el éxito del alcalde López Riesco, pero les gustaría rebajarlo en periodo electoral. Cuestan caro, repito, pero ni Barcelona renunció a los Juegos Olímpicos, ni Madrid ceja en su empeño de acoger unos mundiales de fútbol. La razón es que la proyección mundial que actos de esta naturaleza tienen sobre el futuro es enorme. Ponferrada y el Bierzo gozan de recursos turísticos de gran calidad -"paisajes, monumentos y Semanas Santas-" que necesitan ser conocidos para valorarlos; no sirve el viejo refrán de que la buena tela en el arca se vende, hay que darla a conocer. Vivimos tiempos de crisis, no de melancolía. Hay que proyectar esperanzas que, además, son el revulsivo que necesitamos para mejorar.