Diario de León
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CARMEN TOMÁS
León

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La tregua terminó. Los inversores han vuelto a la carga. La desconfianza en la capacidad del Gobierno de Rodríguez Zapatero para acometer las reformas imprescindibles que requiere la economía española para salir del estancamiento es enorme. No sólo por el episodio del cuento chino de que China y Qatar iban a invertir miles de millones de euros en España y que fue inmediatamente negado por las autoridades chinas, sino porque la economía no despega y los parados se cuentan por millones.

Los resultados de estos nuevos ataques de los inversores se vivieron en la bolsa, con una caída monumental, también en el mercado de deuda, donde no se pudo colocar toda la emisión prevista y hubo que pagar unos intereses un 38 por ciento más caros que la anterior emisión. Claro que España está contagiada por los problemas de Portugal, de Irlanda y de Grecia, que según la prensa de ese país puede quebrar en 2012 y que paga por sus bonos tipos de hasta el 20 por ciento. Incluso nos afectan las dudas sembradas sobre Estados Unidos. Pero, no nos hagamos trampas en el solitario.

La economía española no va a crecer a tasas que generen empleo neto e ingresos suficientes en unos años, conviviendo con tasas de paro de entre el 20 y el 16 por ciento. Puede que ahora no tengamos problemas para hacer frente al pago de los intereses de la deuda. Pero, qué pasará el año que viene. Cómo podrán financiarse los bancos y luego empresas y familias. La tasa de morosidad está en niveles no vistos desde hace muchos años, se ha multiplicado por siete y las perspectivas no son halagüeñas. Todo esto es lo que están valorando los inversores. Las cosas no van a mejorar por si solas, ni porque se le eche la culpa al PP o al ex presidente José María Aznar.

La economía española empezará a coger tono cuando se genere confianza y con este gobierno y este PSOE es harto complicado que se consiga. Y, en todo caso, no se recuperará si las reformas se anuncian y luego no se rematan. La crisis de deuda de otros países está ahí, nadie la niega, ni tampoco que nos afecten, pero también podemos asegurar que otros países de nuestro entorno conviven con el mismo escenario y están saliendo de la crisis. Habrá que preguntarse qué han hecho para lograrlo y qué estamos o qué no estamos haciendo nosotros. Desde luego no ayuda el espectáculo de un Gobierno en el que se pelean por si el paro va a llegar o no a los cinco millones o por si hay que amnistiar a los empresarios sumergidos. Rematen la reforma del sistema financiero para que fluya el dinero y hagan la reforma de la negociación colectiva para que los empresarios se animen. No nos metan en debates estériles. No lancen más cortinas de humo para despistarnos de los verdaderos problemas de España. El principal, por cierto, el Gobierno.

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