EL RUBICÓN
Papanatas
Once días. Eso es lo que le va a durar la tranquilidad a los leoneses. Disfrútenlos, porque desde el próximo día 6, como diría el otro, se acabó el Estado de Derecho y empieza el todo vale. Comienza la campaña electoral. Lo mismo dará que sean de derechas o de izquierdas, de centro o refomistas; leonesistas o nuevos leonesismos. Unos y otros, otros y unos tratarán de convercerles de que ellos son su mejor opción. Desde ese día se acabaron sus problemas. Los parados volverán a tener empleo, las pequeñas empresas recuperarán su liquidez, los bancos dejaran de quedarse el dinero para sí...
A partir de ese primer viernes del mes de mayo, los políticos llegarán a sus casas a pedirles el voto y les dirán aquello de «somos la opción que necesita esta tierra». Sólo que León ya no quiere opciones, necesita soluciones. Unas soluciones que no llegan. ¿Cuántas veces han oído aquello de «vamos a pelear porque los jóvenes no se vayan de León»? Pues se siguen yendo. ¿Cuántas veces han escuchado «vamos a fomentar la llegada de nueva industria»? Pues no tienen más que pasarse por el Parque Tecnológico y verán como sólo HP y las leonesas Syva y ahora Proconsi, que ya estaban aquí, pueblan alguna de sus parcelas. Lo demás, rastrojos. O también se pueden acercar al Inteco y descubrirán un centro que nació como polo de atracción tecnológico y se ha convertido es casi un simple antivirus. Es el tiempo de las promesas. El tiempo del prometer hasta meter -el voto- y después de metido, nada de lo prometido.
El diccionario de la Real Academia de la Lengua define papanatas como aquella persona simple, inocente o muy crédula. Y pone un ejemplo: «Es tan papapanatas que se ha creído todo lo que le has dicho». En campaña, los políticos deben pensar que los leoneses son eso... papanatas. Aunque para papanatas aquellos que se creyeron que nadie les iba a apear de una lista y se han visto fuera y sin explicaciones. Pero, el mejor es aquel político que viéndose fuera de esa lista que tanto ansiaba, en este caso la del PP al Ayuntamiento de León, en lugar de llorar o criticar, al menos públicamente, se hace el papanatas para así continuar asido a su cargo de director general de la Junta. Cuidado, Luis Aznar que hasta para los directores generales de Valladolid hay cupos provinciales y la tuya es una de las niñas bonitas. A ver si te vas a quedar con cara de... papanatas.