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TRIBUNA

Ni es fácil ni es igualable,es histórico

Publicado por
FRANCISCO FERNÁNDEZ
León

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El cambio producido en la ciudad de León tardará décadas en igualarse. Han tenido que sumarse muchísimos factores para que esta modificación tan vital de nuestra ciudad haya sido posible, pero fundamentalmente se han conjugado las ganas de avanzar de los leoneses con una fuerte apuesta y una férrea voluntad de cambio de esta ciudad en el PSOE. No ha sido fácil, no es fácil; por eso es histórico.

Desde que en el mes de octubre se inaugurara la nueva terminal del aeropuerto y, más recientemente en diciembre, se pusiera en marcha la solución al cruce de Michaisa, hemos asistido a la puesta en funcionamiento de las más importantes infraestructuras de la ciudad. Unas infraestructuras que serán el eje motor del desarrollo de la ciudad. No tengo ninguna duda y por eso llevamos años, muchos años, trabajando.

La apertura al tráfico de la prolongación de la avenida Ordoño II constituye un cambio fundamental para todo el Oeste de León, para los barrios del Crucero, Armunia, La Vega, una zona siempre condicionada a la barrera física y mental generada por el paso de las vías. La ciudad iba a dos ritmos diferentes a ambos lados de los raíles. Ahora ya no será así. Esa apertura es algo más que abrir al tráfico una carretera, es abrir al futuro barrios enteros. Ver los ojos de los miles de vecinos que el pasado martes acudieron a la Procesión del Perdón, a la apertura de «su calle», es la mejor recompensa que un alcalde puede tener. Al ver sus ojos me hice aún más conscientes del momento histórico que estábamos viviendo.

El cambio más radical comenzó hace apenas un mes con la desaparición del Paso a Nivel del Crucero, cuya retirada tiene tanto de histórica como de utópica. Ya nadie confíaba en esos barrios afectados, entre esos miles de leoneses que cada día entraban o salían de León y paraban ante ella, que la barrera desapareciera algún día. Desapareció y ese 18 de marzo será la fecha que marca un antes y un después de León. La fecha en la que las vías se eliminaron del entramado del barrio tras 187 años; la fecha de la apertura al futuro. Ahora, con estas obras, parece que otros logros carecen de mérito. Los opacan. Pero, no. No carece de mérito la solución al cruce de Michaisa, un tapón en el que cada día se frenaban 40.000 vehículos. O la apertura del Petit Palais, o Palacín, la base del desarrollo turístico y económico de los próximos años de toda la ciudad. No carece de mérito el inicio de las obras del Centro del Control de Tráfico de todo el norte de España, en las inmediaciones de la «también nueva» estación de Adif. Un centro que va a controlar más de 1.400 kilómetros de Alta Velocidad y que va a dar trabajo, de forma directa, a 300 personas. Un centro anhelado y envidiado por muchos.

Aún nos restan obras importantísimas por culminar, la recuperación de las márgenes de los ríos Bernesga y Torío, la integración de FEVE -esencial en la zona norte de la ciudad, el cierre de la Ronda Interior, el centro cívico y polideportivo Ventas Oeste... Parecen obras menores. No lo son. Cada una de ellas es un logro histórico. Pero cuando la historia se escribe con tan grandes líneas es díficil «puntuar» en la competición.

Permitánme que me sienta orgulloso y feliz. Orgulloso de como alcalde haber contribuido a hacer realidad los sueños y los desvelos de cientos de leoneses, y feliz por contribuir a eliminar barreras, a asentar futuro y desarrollo. Retomo, para terminar, mi argumento del principio. Sólo la unión y el empuje, sólo la firme voluntad de cambio de los leoneses ha hecho posible el futuro.