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CONSUELO SÁNCHEZ VICENTE
León

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M uy fuerte lo de Urkullu, como se suele decir, con perdón por lo coloquial de la expresión. Condicionar el apoyo a los Presupuest os Generales del año que viene a que la impugnación de las listas electorales de Bildu por parte de la Abogacía y de la Fiscalía General del Estado no prospere en los tribunales, como hizo ayer el presidente del PNV, es un chantaje en toda regla al Gobierno. Un exceso digno de un político bananero, pero inadmisible en un demócrata. Demócratas son los que respetan el Estado de Derecho, con su independencia de poderes guste o no, no los que solo respetan las resoluciones de los tribunales de Justicia cuando se acomodan a sus intereses partidarios; sí, aquella malhadada doctrina del «polvo del camino» y la toga que creó durante el último «proceso de Paz con ETA el Fiscal General del Estado, Conde Pumpido.

El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, supedita el apoyo de su partido a las Cuentas que podrían paliar algo la crisis, a la presencia de la coalición formada por EA, Alternatiba e independientes próximos a Batasuna en las próximas elecciones municipales: En román paladino, que supedita algo que depende del Gobierno a algo que depende de los jueces. ¿Hay quien de más? Pues, parece increíble pero sí. El ex lehendakari y fundador de EA, Carlos Garoikoetxea, amenaza con «ir a Europa» a pedir la anulación de las elecciones del 22-M, por lo mismo, en defensa de Bildu. ¡Qué poder tiene ETA sobre nuestra democracia, como hace bailar al son que ella toca la agenda política y hasta la electoral!

O sea, que en el año que pinta más negro, el líder de un partido que ha gobernado más de veinte años aunque sea en una parte de España, el PNV, se permite subordinar su apoyo a las cuentas del Estado, no a que sirvan para impulsar la economía y contener el paro, que sería razonable, sino a que el Gobierno le tuerza el brazo a los jueces para que los proetarras vuelvan a estar a sueldo y calentitos en las instituciones democráticas; y un ex máximo representante del Estado en una parte de España, el primer lehendakari tras la dictadura , amenaza con denunciar a España ante Europa y, «si hace falta», tratar de «anular» los comicios, porque «excluir» a Bildu de las elecciones supondría, dice, «una aberración interpretativa». ¡Cómo se lo estará pasando ETA!, es lo que más rabia me da. Pero, esto es lo que hay; con bueyes como estos hay que arar, con perdón otra vez por las confianzas coloquiales. Esperemos que a los jueces no les tiemblen, pese a todo, las puñetas.