HISTORIAS DEL REINO
Poesía y Universidad
L eón es cuna de escritores. Un simple vistazo a vuelo de pájaro permite recorrer nuestra geografía altanera y fértil, de poetas y novelistas. Capitanes algunos de barcos fletados por el poder, la mayoría bucaneros de fortuna, piratas de tesoros que se consiguen sobre sus propios méritos, riquezas que traen gloria a León escribiendo su nombre con letras de oro en la Academia de la Lengua Española, entre los premios más destacados de este país o entre las listas de los más vendidos, que de todo tenemos un poco. En absoluto ajena a este mar de aguas a menudo turbulentas es la Universidad de León, motor del futuro de una tierra rasgada por múltiples intereses. Recientemente, el rector Hermida ha defendido valiente la candidatura de nuestra Alma Mater para recibir diversas titulaciones en el mapa del reparto académico autonómico. De entre todas ellas, sin duda, la Junta debería apostar por Periodismo y llevarlo en volandas de grandes nombres hasta Ponferrada, hasta ese Bierzo que suena con fuerza en las ondas, en las sagas familiares de la radio que ha hecho historia en León, entre quienes toman las riendas de los medios de comunicación. Sobran las razones para que esa carrera recale aquí.
Pero no sólo apuesta la Universidad por reivindicar un futuro mejor, una formación señera. Dentro de ella surgen con fuerza propia iniciativas destinadas a portar sus nombres, el de León, el de su Universidad, bordados en los estandartes bermejos de la conquista del talento. El pasado 24 de febrero se falló el I Premio Universidad de León de Poesía, y recayó en quien es, probablemente, uno de los diez mejores autores de España: el doctor Jaime Siles. Valenciano de nacimiento, añoranza y presente, forma parte de esa excelencia cultural de nuestra nación que cruza fronteras de ida y vuelta. Catedrático, asesor de cultura en la Representación Permanente de España ante la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas, padre de un currículo académico impresionante ganado a pulso, jalonado de prestigio profesional, reconocido por varias academias, como la de San Carlos o la de la Historia. Si su apellido ha ganado puesto propio en la feudo universitario, más aun el poético: Premio de la Crítica Nacional en 1989, Premio Internacional Loewe de Poesía, I Premio Internacional Generación del 27, Premio de las Letras Valencianas y un largo etcétera que abruma a cualquiera. Este miércoles contaremos con su presencia en nuestra Feria del Libro, a la que animamos a acudir y a cuya organización queremos felicitar desde estas líneas, pero recuerden también una fecha: 9 de junio. Ese día de nuevo se hermanarán Universidad, poesía, literatura, genialidad. Pero esa es otra historia que ya les contaré.