Diario de León
Publicado por
RAFAEL MARTÍNEZ SIMANCAS
León

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En la Central de Inteligencia Americana se han visto todas las películas de James Bond, las de Rambo y alguna que otra inspirada en espías sin fronteras. La actividad de la CIA tiene una dosis de acción «mezclada no agitada» con cuatro kilos propaganda por metro cuadrado, por eso hemos conocido de la actuación contra la casa de Bin Laden lo que ellos han querido contar. Nos hemos tragado a pies juntillas la versión oficial (entre otras cosas porque no hay manera de preguntar a la otra fuente por qué murió en el asalto). Lo ha dicho la CIA, punto redondo.

Hay que reconocer que es notable su poder de convencimiento en las almas cándidas y temerosas de Dios. Durante un tiempo nos hicieron creer que si ibas de pic-nic por las montañas de Tora Bora te podías encontrar a un eremita de barba trenzada y malas pulgas; de hecho a nadie se le ocurrió ir de acampada por la zona desde entonces. A pesar de esa consideración que nos hicieron llegar lo cierto es que no lo han encontrado en una cueva si no en una mansión de notables dimensiones y de la que sólo nos falta saber si tenía jacuzzi y video-portero.

También nos han contado que la casa no tenía teléfono ni conexión a Internet y en alguna foto se aprecia una parabólica que en caso de estar inutilizada serviría para hacer una paella de récord Guiness entre los vecinos de Villa Arriba. Nos han contado que Bin Laden fue disparado en un ojo y que su cadáver acabó siendo arrojado al mar según el rito islámico y nos hemos creído que tal rito existe. Y, para terminar el guión, no se olvide que la persona que dio la orden de apiolar a Bin Laden es un Premio Nobel de la Paz.

Nadie vio a Bin Laden en Abbottabat, nadie escuchó nada y si aparece una cámara de televisión dirán lo que dicen siempre los vecinos: «No nos podíamos imaginar que en esa casa ocurriera algo semejante, parecían gente muy normal». Conclusión: el vecino medio es el aliado ideal de la CIA para cometer operaciones relacionadas con la Justicia Universal que inventó el vilipendiado George W. Bush pero que ha puesto en práctica el tolerante Obama. ¡Lo que no consiga la CIA!, hasta han sido capaces de buscar a Obama su lado vaquero alejado del buen rollito que pregonaba durante su ya olvidada campaña que le llevó a la Casa Blanca. A partir de ahora Obama es un guerrero que se ha comido el corazón de su enemigo, tal y como dice que hizo Toro Sentado con Custer. Se acabó ese lado Gandhi y el power-flower que se estilaba en la Casa Blanca.

Entre la pérdida de datos que ha tenido Sony, los programas de Tele 5 y las investigaciones de la CIA este mundo ha dejado de tener secretos.

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