Diario de León

CRÓNICAS BERCIANAS

Bouzas-Abbottabad

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

En qué podrían parecerse Bouzas y Abbottabad, la ciudad pakistaní de moda tras haber ocultado a Bin Laden durante los últimos seis años? La pequeña aldea berciana de Bouzas está tan cerca relativamente de Ponferrada como Abbottabad de Islamabad, y pese a hallarse en el camino a la cúspide del Morredero descansa en una hondonada tan profunda y fértil que los pimientos y los tomates brotan casi con la misma generosidad que el cannabis en el huerto trasero del fenecido Osama. Por esa singular ubicación, quizás, como en la extraña mansión de Bin Laden, en Bouzas no entra ni la banda ancha, ni la estrecha, ni siquiera la municipal. Bouzas podría ser un buen refugio para cualquier prejubilado minero, también para un terrorista o para un periodista estresado. Como Abottabad para la pudiente ex-jerarquía militar de Pakistán.

En ese contexto tal vez cabría explicarse las razones por las que en los últimos meses el pueblo más pequeño de Ponferrada ha duplicado su población hasta llegar a la treintena de vecinos. Pero no nos engañemos. No es ni la búsqueda de una isla de sosiego a la vera del océano de servicios de una urbe como la capital del Bierzo, ni el microclima de las faldas del Morredero. Ni que de repente alguien haya descubierto oro en su riachuelo. Es la fiebre del voto. Cada cuatro años surge algún asunto que polariza y crispa las campañas en los pueblos. En Ponferrada ha sido el urbanismo, La Rosaleda, la montaña negra, Nevenka. Todo pasa. Todo menos el grosero engordamiento antidemocrático de los censos, que se salda una y otra vez sin ningún tipo de factura. Ni política, ni judicial.

Y ni PP ni PSOE pueden mirarse a la cara. Fue y es en Oencia, en Barjas... Ahora en Bouzas o en Lumeras; en Candín, donde Los Ancares doblan el espinazo hacia Galicia. En Lumeras, como en Bouzas, aparecen como moradores de una casa que no es que amenace ruina, sino que es una ruina, una pareja de Fabero amiga del candidato o la parentela de un taxista de Casteldefells que decidió emigrar hace treinta años. Tanto tiempo ideando recetas para acabar con el éxodo rural y la solución estaba ahí. Sólo hay que convocar comicios cada dos años y las aldeas se llenan como por ensalmo. Y les parecerá una nadería, pero es que me hierven los jugos sarcásticos con esta perenne zona cero de la democracia preelectoral.

tracking