Una muerte que tiene que hacer reflexionar

El deporte de base leonés vive hoy una de sus jornadas más tristes. La muerte del joven de 21 años, Rubén Mendoza Prieto, por un fallo cardiaco mientras se encontraba practicando uno de sus deportes favoritos, el fútbol sala en una de las actividades de Es.pabila, debe hacer reflexionar a toda la comunidad deportiva, sobre todo de base, sobre la necesidad de ejercer los controles necesarios, que eviten este tipo de sucesos.

En el caso del joven entrenador del Bosco el hecho luctuoso resulta aún más grave si se tiene en cuenta que se le había diagnosticado hacia años una insuficiencia cardiaca de la que, posteriormente, se le había dado el alta. El deporte, principalmente el de base, requiere aún más de los controles sanitarios que sí pasan, profusamente, los deportistas de élite. Cada fin de semana miles de jóvenes leoneses se echan a los campos y pistas deportivas de la provincia a practicar lo que más les gusta: el deporte. Y esos miles de jóvenes exigen que su práctica se lleve a cabo con la máxima seguridad.

Nadie es responsable del fallecimiento del joven entrenador del equipo de benjamín del Bosco, eso es cierto, pero se impone ya una reflexión a todos los estamentos sobre la necesidad de ejercer los controles necesarios.