LA VELETA
Desolación
E se es el estado, que trasciende lo puramente anímico, en el que se encuentran la mayor parte de las víctimas del terrorismo tras la decisión tomada la semana pasada por el Tribunal Constitucional de permitir la vuelta de ETA a las instituciones. Si en estos últimos cuatro años ETA ha estado presente en cuarenta y tres ayuntamientos del País Vasco y Navarra bajo las siglas ANV, a partir del próximo día 22 esa presencia será mucho mayor, ya que el TC ha dado luz verde a las 252 candidaturas presentadas por Bildu y sus perspectivas electorales son francamente buenas.
Las víctimas se sienten engañadas por un Gobierno que ha estado escenificando en los últimos meses una supuesta oposición a la presencia de ETA en las elecciones, pero que en el fondo tenía preparado y estudiado este desenlace a través de la decisión de un Tribunal que por su composición y forma de nombrarlo, el ejecutivo de Zapatero controlaba perfectamente. En este sentido resultan escandalosas, pero también muy clarificadoras, las manifestaciones del número dos del grupo parlamentario socialista en el Congreso de los Diputados, Eduardo Madina, diciendo a sus compañeros de grupo días antes de conocerse la sentencia del TC que se esperaba una «buena noticia» procedente de dicho Tribunal a favor de Bildu. Lo mismo que la petición de tranquilidad y de calma hasta conocer la sentencia del TC que le hizo Zapatero al presidente del PNV, Iñigo Urkullu, cuando este amenazó con retirar su apoyo al Gobierno si no se dejaba a Bildu estar en las elecciones.
El hecho es que a partir del 22 de mayo, ETA va a estar en un buen número de Ayuntamientos del País Vasco y de Navarra, en las Juntas Generales de los tres territorios vascos y en el Parlamento Foral de Navarra. Eso significa mucho poder, presencia social y dinero. Eso constituye un auténtico retroceso en la lucha antiterrorista, porque resulta inconcebible que se de este balón de oxígeno a una organización terrorista cuando esta no ha anunciado su disolución ni ha entregado las armas. Inconcebible, salvo que tenga razón el ex ministro del Interior Jaime Mayor Oreja -al que, por cierto, habrá que reconocer que ha vuelto a acertar de lleno- cuando dice que los proyectos de Zapatero y de ETA son complementarios y se necesitan entre si para llevar a cabo lo que denomina la «segunda transición» que entre otros objetivos tendría el impedir que el centro-derecha, es decir el PP, pudiera volver a gobernar en España.
Ante esta situación, las víctimas del terrorismo han vuelto a convocar una concentración de protesta el próximo sábado en Madrid bajo el lema «Ante la traición a España, ETA fuera de las instituciones». Como siempre, seremos muchos los ciudadanos que ese día acompañaremos a las víctimas en su dolor y en su desolación, que es el dolor y la desolación de todos los ciudadanos de bien.