Diario de León
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Quizá la sociedad berciana tardó demasiado en reaccionar pero cuando lo ha hecho el mensaje ha sido nítido y contundente. El Bierzo fue ayer una sola voz en defensa del futuro de la comarca amenazado por el proyecto para la incineración de residuos en la planta cementera de Cosmos de Toral de los Vados. Las calles de Ponferrada fueron un clamor en una histórica protesta que señala con absoluta claridad los límites que los ciudadanos que viven y trabajan en el Bierzo consideran que no pueden soprepasarse.

De poco ha servido que la empresa cementer intentase desmovilizar a la ciudadanía asegurando que modifica sus planes y sólo quemará residuos de biomasa. La desconfianza sigue latiendo y es lo que explica la respuesta masiva a la convocatoria realizada desde la plataforma Salvemos el Bierzo. La alarma que ha generado el proyecto de incineración no se difumina de la noche a la mañana y, como se ha puesto de relieve por quienes han impulsado de forma más decidida y entusiasta esta movilización, hacen falta mucho más que buenas intenciones para mitigar la inquietud social.

La Junta, que aún tiene la potestad de autorizar, o no, el comienzo de la actividad, no sólo debe ser estricta en el cumplimiento de la legislación ambiental. En este caso debe ser también sensible al mensaje que ha lanzado con una sola voz la sociedad del Bierzo: los ciudadanos de a pie, los consejos reguladores de los productos de calidad, las asociaciones de empresarios turísticos, los colectivos ecologistas... Todos ellos claman por un Bierzo limpio, libre de contaminaciones que hipotequen un futuro que está cada vez más definido en el camino de la agroindustria y en los productos de calidad. Cuando las prioridades están claras y la voluntad ciudadana se hace evidente de forma tan explícita a las administraciones sólo les queda sumarse a esa corriente que no es otra cosa que una expresión tan legítima como puramemente democrática. No cabe duda de que el Bierzo no va a permitir engaños ni quiere bromas con su porvenir.

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