Cerrar
Publicado por
José Vicente Martínez (abogado)
León

Creado:

Actualizado:

S i la historia pregona su grandeza y por belleza, orgullo y altura a los cielos amenazan sus cumbres, que has hecho tú tierra excelsa para caer en el silencio y el olvido. Por más que lo pienso no encuentro la respuesta y la que se adivina, me deprime. Será quizá cuestión de votos la causa de esa espiral invertida que agrava sin retorno el paulatino despoblamiento y esta carencia censal fomenta el desinterés del político que a su paso abre camino al abandono y echa tierra en la esperanza.

Tú, tierra Cántabra por todos sus poros, último refugio frente al Emperador Augusto, «solar patrio» en la reconquista al que la Crónica Rotense bautizó como «Primorias», siempre último resguardo de las raíces hispanas, baluarte inaccesible, Celta por los cuatro costados y verdadera y única «alta montaña» de la cordillera Cantábrica, yaces hoy cautiva de tu agonía por otros motivada.

Tu pecado es la belleza, tu soberbia las alturas, tu debilidad la demografía y tu fortaleza la paciencia. Más pronto que tarde y aunque hoy seas casi cadáver, una estación de esquí, un Parque Nacional por fin desarrollado, te otorgaran la justicia hasta ahora denegada. Sajambre y Valdeón en Picos, el valle de la Reina hasta su límite exterior por San Glorio y Lechada son, junto al alto Esla en sus lindes de Burón con Ponga, la inaccesible Cordillera Cantábrica. Primus inter pares a la vez que hermana bonita envidiada.

Foráneos hubieron de ser quienes ensalzaron tu belleza tantas veces obviada. Schult, Saint Saud, Paul Labrouche, dejaron constancia de no ser tu faz algo vulgar o repetido y así del último se grabaron en la roca de losBeyos las siguientes palabras: « Es el mas escarpado e imponente de los desfiladeros célebres. Pierre Lis y Saint George en los Pirineos, el Fier en Saboya; el paso maldito de los Grisones: el Chifa en el Atlas; la grieta de Kha Koueta en el valle del Soul y la Calle del Infierno en el Lys, sólo pueden dar en muy pequeño la imagen de la entalladura fantástica en que los ingenieros de Castilla llegaron a hacer pasar una carretera».

Peñas, torres y cimas en las que superar los 2.500 metros es lo rutinario. Gargantas hechas a cuchillo. Escarpes que son paredes y conforman un castillo que fue última morada de Cántabros y del que orgullosos pregonaban que era más fácil que ascendieran las olas del mar que las espadas romanas. Montañas inaccesibles que forjan raza. Hombres indómitos acostumbrados desde sus cumbres a dar a Dios la mano. Vadinienses, Selenos, Orgonomescos, Concanos, Pembelos, -¦. Tropa por todos los ejércitos deseada. Oriente Leonés hoy casi despoblado que mendiga una estación de esquí como última esperanza. Y lo hace como es su gente, sin grandes alharacas. Olvidando su porte, sus ropajes, sus raíces, su paisaje. Casi como si molestara. Olvidando que se eleva 600 mts .por encima de sus hermanas. Que ella es la auténtica montaña. Que la Justicia no se suplica, se demanda. Pero tiene razones para ser pesimista. Lleva en una parte de sí casi 16 años siendo Parque N acional y no le ha servido de nada. Los vecinos disminuyen, los jóvenes se marchan y del parque solo se aprovechan los que en él trabajan. Montaña oriental maldita y callada que demanda en su silencio que las administraciones vengan a rescatarla. Quizá no dio políticos de suficiente talla para hacerse escuchar en las instancias altas. Dio guerreros y no cortesanos en una época en la que son los segundos los que de verdad hacen falta.

Puede ser que hoy, 2011, en honda crisis de largo alcance, alguien se dé cuenta que hay que vender lo que vale y rebusquemos en el arcón el lienzo ocultado. Hasta ese día mis respetos y afectos al Conde de Saint Saud, al Marqués de Pidal, a Casiano de Prado, a Paul Labroche, a Odriozola, a Adrados o a los mas contemporáneos Jose María Suarez, Santiago Morán o su hijo predilecto Eutimio Martino. Hombres, junto a otros, que han sabido apreciar la majestuosidad de unas montañas que los políticos, y alguna de su gente, tienen olvidada.

Salve montaña Oriental, a mí me tienes cautivado hace muchos años.