La opinión del lector
Unidad de fecundación in vitro para León
N o es justo. Comienzo así mi carta ante la profunda indignación que me produce la inadmisible decisión de la Consejería de Sanidad de implantar en Valladolid la unidad de Fecundación In Vitro, obligando a más de 200 parejas a viajar a Valladolid para cumplir su único deseo de ser padres. Decisiones políticas o no, no cuestiono, pero quiero explicarles lo que es el sentimiento, algo que ustedes desconocen. Una mujer asume que no puede tener hijos, en la mayor parte de los casos, por causas desconocidas y comienza una lucha incansable que le lleva a perder las fuerzas. Asume los daños colaterales, de cambios hormonales, la presión psicológica, el sentimiento de culpabilidad, la búsqueda de justificaciones de por qué no puedes ser madre, las lágrimas, el hacer partícipes a su familia de sus sentimientos de impotencia, los problemas familiares y ahora, tener que viajar a Valladolid 240 kilómetros interminables con esa carga a tu espalda por una decisión que no cuesta más de 150.000 euros.
El duro proceso comienza tras dos años de intento natural de ser madre. Después pasas a Fertilidad al Hospital de León donde un gran profesional como el Dr. Lozano te te atiende, te aguanta, se convierte en médico y psicólogo al mismo tiempo. Él sólo en una consulta pequeña, oscura y situada donde más daño puede hacer a una mujer que intenta y no puede ser madre, es decir, en una sala donde pasan las mujeres embarazadas a los ecógrafos, donde escuchas conversaciones que tú misma quieres vivir. Poca sensibilidad tienen en el Hospital de León con las mujeres ¿no hay otro lugar en plena e interminable reforma? Sólo se te pasa ese sentimiento de decepción inexplicable cuando pasas el umbral de la puerta del Dr. Lozano y encuentras su sonrisa y su ánimo.
Tras pasar por decenas de pruebas, comienzas el proceso de la Inseminación Artificial, algo que no asumes con facilidad y cuyo porcentaje de éxito varía. Tratamiento hormonal, cambios de humor, esperanza que asumes y que pierdes cada mes y es cuando te encaminas irremediablemente a Fecundación In Vitro, pero no en tu ciudad, porque tu no tienes derecho, porque las mujeres de Valladolid tienen más derecho que tu, porque nadie en la Consejería o en la Gerencia del Hospital piensa en lo que tú estás pasando, porque quizá piensen que un niño más, es un posible paciente más y ya tienen mucho lío. No piensan en el trastorno de las parejas, en que tienen que pedir días en su puesto de trabajo y que les ponen pegas porque en la mayoría de los casos no lo entienden.
Y tras esto, lees que sólo son 150.000 euros y miras el mastodóntico Hospital de León y piensas, lo que vale unas placas de las que cubren y recubren las fachadas servirían para establecer el FIV. Que sólo necesitan un pequeño espacio, que ya hay profesionales de reconocido prestigio como el Dr. Lozano y su equipo, doctor que se le rompe el corazón cada vez que tiene que mandar a una mujer a Valladolid. Estamos hablando de un laboratorio, una mínima inversión para más de 200 parejas al año, una cifra que va creciendo y llegarán a más de medio millar en los próximos años seguro.
Asumo que no puedo tener hijos, asumo mi tortura psicológica, pero no puedo asumir que la Gerencia, que la Consejería sea tan poco sensible, tan avara, tan discriminatoria, que tenga tan poca sensibilidad, que sea incapaz de evitar el calvario a todas nosotras, que nos obligue a peregrinar a Valladolid en busca de nuestro sueño, porque es incapaz de invertir en bienestar para las leonesas. Si alguno de sus hijos sufriera esto, cosa que no le deseo a nadie, ya estarían implantando la FIV en León. Por favor, inténtenlo, háganlo ya.
Alma Jovellanos. LEÓN <