PANORAMA
Los 'sin-sin'
Sin curro, sin casa, sin futuro... sin miedo», bullían desde hace semanas las redes sociales, decían los carteles que convocaban por las universidades al «botellón» del Movimiento 15-M. ¿Manipulados? Seguro que a estas horas debe haber empujones y carreras en los partidos políticos para lograr instrumentalizarlos, pero, en su origen, de momento, me parece que van por libre. Estos jóvenes -y no tan jóvenes: la generación de Internet- están acostumbrados a quedar por la red de forma «autogestionaría», para beber, para ir al cine, para charlar, para hacer unas risas, para echar una mano, para apuntarse a un grupo o un evento o encumbrar o arruinar a un cantante. Se convocan a si mismos, hasta ahora, para compartir información sobre sus intereses de ocio y de cultura, con «plato aparte» sobre los valores socialmente dominante, que no sienten como suyos. ¿Y a partir de ahora, además, también para actuar políticamente? Es lo que está por ver.
Cualquiera que tenga una mínima experiencia en como se mueven los usuarios de las redes sociales sabe que, aunque son muchos los intentos de manipulación sólo las iniciativas más sinceras y espontáneas triunfan, por su imaginación, por su belleza, por su interés, porque requieren de su solidaridad o simplemente porque ayudan a pasar un rato divertido, pero triunfan por si mismas. ¿Mal si se mueven y mal si no hacen nada? Miren Madrid, una vez más rompeolas de todas las Españas. Jóvenes de toda edad y condición con el denominador común del hartazgo plantados en las plazas de media docena de ciudades españolas, la Puerta del Sol como espejo y el inmenso error de mandar a los guardias a disolverlos a porrazos: como los «grises» de Franco hicieron con sus padres, en el papel estelar de efecto llamada; de momento hasta las elecciones, después ya se verá.
¿Otras elecciones con la jornada de reflexión a gritos; salvando todo lo que haya que salvar, cómo aquel 13-M para olvidar...? Esperemos que no, que los del 15-M no se dejen secuestrar y le den con la puerta en las narices a quien lo intente, pero es verdad que ahora mismo son un bomboncito a la disposición de quien lo consiga liderar, y la fila de «golosos» da la vuelta a la manzana. Felipe González ha comparado el Movimiento del 15-M con las revueltas en el mundo árabe y ha pedido a «todos» los partidos políticos que huyan de «reacciones endogámicas y explicaciones simplistas». La comparación a mí me parece aventurada, pero la recomendación es pertinente. Les llamamos «ni-nis» pero no son «ni-nis» sino «sin-sin», no trabajan porque no encuentran donde. Y contra lo que gritan no es contra la democracia sino contra los «aprovechateguis» de la política. No quieren, y hacen bien, ser una generación perdida.