La opinión del lector

Que nadie se libre

de la justicia

H oy podemos ver en la portada de numerosos periódicos y en la mayoría de las televisiones del mundo la noticia de que un hombre influyente es acusado de la agresión sexual a una ciudadana americana. Se trata de uno de los más firmes candidatos a la sucesión de Sarkozy como presidente de nuestros vecinos los franceses un hombre poderoso acostumbrado a codearse con políticos, empresarios y con todos aquellos otros que de una u otra forma tienen el poder y manejan con sus decisiones la sociedad a su antojo. Aquellos que se creen por su condición intocables, que están por encima de la ley o que se identifican como ella. Este mal que salpica desde siempre a algunos personajes que saborean el poder, también parece afectar a Strauss-Kahn. Todas las evidencias parecen acusarle, sin embargo, vivimos en una sociedad democrática y la presunción de inocencia es algo que merece todo ciudadano al que se acusa de un delito y mientras las pruebas de las investigaciones policiales y la justicia no lo confirmen, ningún ciudadano debe sufrir un juicio paralelo por lo que se diga en los medios de comunicación. Ahora bien, si se demuestra su culpabilidad, sobre este hombre que debería ser ejemplo para aquellos ciudadanos que aspiraban a depositar en él su confianza, tendría que recaer todo el peso de la ley con una sentencia ejemplar, que supusiese un antes y un después, y que dejase claro de una vez por todas que nadie, por poderoso que sea, es hoy en día e n una sociedad moderna distinto a otro ante la ley.

Sara Rodríguez de Loma. MADRID

Los residentes europeos y el voto

Como europeo consciente de mis deberes en el país donde vivo, declaro a Hacienda la totalidad de mi renta para pagar lo que me corresponde, y como todos los ciudadanos españoles estoy sometido a las reglas económicas en vigor, todo e so parece normal y es normal, pero si cumplo con mis deberes y/o obligaciones no tengo los mismos derechos que un ciudadano español cuando llega la época de las elecciones.

Tengo derecho de voto a las elecciones municipales pero no a las autonómicas, ni a las elecciones generales y, como soy residente en España he perdido los derechos de voto en Francia. Resulta extraño, tengo deber de pagar los impuestos que me corresponden pero no tengo derecho a pronunciarme sobre el uso que los políticos van a hacer con mis impuestos.

Si estoy empadronado, pago impuesto de circulación, IBI, SS, Hacienda y todo lo que me corresponde en España, ¿por qué el derecho de voto está restringido? Con derechos democráticos amputados voy a asistir como cada cuatro años a lo mismo de siempre, un espectáculo mediático convencional pero que no será una verdadera demostración democrática. Los políticos del PP y PSOE y sus aliados ideológicos y/o de circunstancias habían prometido una España dentro de Europa con más derechos para los ciudadanos pero olvidaron y ocultaron voluntariamente precisar que este eslogan vale sobre todo para la libre circulación del dinero y la especulación financiera. Esta situación a berrante tiene un «lado positivo» :¡unir en la exclusión a los europeos con todos los inmigrantes sin derechos!

Jean Pierre Lohrer. VILLAOBISPO